Río de Janeiro, Brasil (AFP) La alcaldía de Río de Janeiro, una de las ciudades brasileñas más afectadas por la pandemia, aprobó la entrada de público a la final de la Copa América-2021 que se disputará el sábado entre Argentina y Brasil en el Maracaná, que podrá albergar hasta el 10 % de su capacidad máxima.
La decisión excepcional se tomó “considerando que la entidad organizadora presentó protocolos de operación y acreditación, adoptando mecanismos para proteger la salud de los involucrados, utilizando herramientas adecuadas para la prevención del contagio y la propagación del covid-19”, dijo la autoridad en el diario oficial de este viernes.
El templo carioca podrá recibir hasta el 10 % de su capacidad máxima, de 78.000 personas, “en cada sector del estadio”, agrega el boletín oficial.
Los asistentes deberán presentar una prueba de antígenos o PCR con resultado negativo para covid-19 tomada hasta 48 horas antes del cotejo y deberán cumplir medidas de distanciamiento dentro del recinto, según la publicación.
“Hasta donde sé, todos [los asistentes] son invitados de la Conmebol”, explicó el alcalde de Río, Eduardo Paes, quien aseguró que la autorización es una “especie” de examen con miras a empezar, cuando sea posible, una transición hacia la normalidad.
La final, entonces, sería el primer partido de la Copa América-2021 que se disputará con hinchada, aunque hasta el momento la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), organizadora del evento, no se ha pronunciado sobre el ingreso de público.
“El pedido inicial de la Copa América para la Alcaldía era realizar el partido con un 50% de público, pero no lo consideramos adecuado. Liberamos el 10% de cada sector del estadio para evitar aglomeraciones”, afirmó por su parte Daniel Soranz, secretario municipal de Salud.
– Antecedente de la Libertadores –
El torneo comenzó el 13 de junio en Brasilia, con la victoria 3-0 de Brasil sobre Venezuela, en medio de fuertes críticas internas y externas por llevarse a cabo en el segundo país con más muertos por la pandemia (más de 530.000).
La competición recibió el apoyo del presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro, uno de los líderes más cuestionados por su caótico manejo de la pandemia, a dos semanas del comienzo tras las salidas de las sedes originales, Argentina y Colombia.
Argentina renunció a la organización por el empeoramiento de la emergencia sanitaria y a Colombia le fue retirada por las fuertes protestas antigubernamentales que dejan decenas de muertos.
Aunque los campeonatos deportivos de Brasil se disputan sin público, el 30 de enero el Maracaná recibió a 5.000 personas para la final de la Copa Libertadores-2020 en la que el Palmeiras venció 1-0 a Santos.
En su momento, la organización fue criticada porque todos los asistentes fueron ubicados en la misma tribuna, sin que se respetara la orden de distanciamiento.