Perth, Australia | AFP |
El pasado sábado, en Brisbane, el partido entre Brasil y Francia era uno de los grandes enfrentamientos del Mundial femenino; pero ningún telespectador pudo verlo de forma gratuita en Australia, país coanfitrión del torneo, donde la mayor parte de los partidos son retransmitidos por distribuidores privados.
El mismo día, el partido de Rugby Championship entre Australia y los All Blacks, los Ashes de cricket, el Mundial de natación o los partidos de fútbol australiano se daban de forma gratuita en la televisión.
Pero para poder ver la victoria de las francesas por 2-1 contra Brasil, hacía falta abonarse obligatoriamente a una cadena de pago.
Tanto en Australia como en Nueva Zelanda, el otro país anfitrión, la mayoría de los partidos del Mundial femenino solo están disponibles mediante un abono; un freno al desarrollo del fútbol femenino.
«Ver en directo los partidos promociona la participación de los jóvenes y les da una motivación extra», explica Clare Hanlon, profesora en la cátedra ‘Las mujeres en el deporte’ de la Universidad de Victoria.
«Dar los partidos en televisión es también una oportunidad para atraer a patrocinadores que ayuden a que el deporte femenino crezca», añade.
De los 64 partidos de la competición, solamente 15 son accesibles de manera gratuita en la cadena australiana Seven Network y 26 en Nueva Zelanda.
Los demás partidos sólo son accesibles con un abono.
En varios países europeos (Francia, Alemania, España, Reino Unido, Italia), donde el fútbol ya está bien asentado, todos los partidos están disponibles de manera gratuita después de un acuerdo de última hora entre la FIFA y las cadenas.
En el Mundial-2019, que tuvo lugar en Francia, todos los partidos se retransmitían en Canal+, accesible con un abono. Pero la cadena TF1 dio en abierto todos los partidos de la selección francesa, seis encuentros de los octavos de final y todos los partidos a partir de cuartos.
– «Oportunidad perdida» –
Al ser preguntada sobre las consecuencias que la retransmisión de pago pueda tener en el desarrollo del fútbol femenino, la FIFA no respondió.
Por su parte, la Federación Australiana subrayó que el dinero obtenido gracias a los derechos televisivos serviría para desarrollar el deporte.
«Como declaró la FIFA, los derechos de retransmisión constituyen una fuente de ingresos para apoyar un aumento de salarios de los jugadores y permite a la FIFA invertir en el fútbol femenino en todo el mundo», reaccionó un portavoz de Football Australia.
La federación espera que el Mundial logre aumentar en un futuro el número de jugadoras. Las mujeres representan en la actualidad un cuarto de las licencias del país oceánico, cifra que Football Australia desea aumentar hasta el 50 %.
«Para hacer eso, el fútbol necesita ser más visible, estar en la conversación del día a día», opina sin embargo Clare Hanlon. «El hecho de que los partidos del Mundial femenino no sean visibles gratuitamente es una enorme oportunidad perdida».