Madrid, oct (EFE).- El mejor partido de la temporada de Vinícius, rescatando la imagen del jugador desequilibrante que dio un paso al frente en pegada, revitalizó al Real Madrid para enterrar la duda que siempre genera la derrota en la casa blanca, en un duelo con dos goles desde fuera del área que encarriló Fede Valverde en un primer acto en el que el Villarreal amenazó sin acierto.
Celebraba el madridismo la huida del que podía convertirse en primer bache de una temporada que ya comenzó torcida por la irregularidad como visitante, el regreso a su verdadera identidad de Vinícius, de nuevo el gran líder, cuando se apagó la fiesta entre lágrimas de Dani Carvajal.
Un intento de despeje entre las piernas de un rival, su compañero de selección Yeremy Pino, que bien sabe lo que pudo sentir el lateral, acabó con una patada al aire y su rodilla derecha cedió. El peor final de partido posible tras una mejoría futbolística de los de Ancelotti.
Sin Kroos, la importancia de Camavinga se sintió en su ausencia. El fútbol del Real Madrid demandaba un futbolista con personalidad y físico. Atrevimiento con balón, capacitado para romper líneas en carrera como robar con potencia. Nunca será el alemán, pero su regreso ayudará a que merme el recuerdo. Volvieron los cambios de juego, aumentó el ritmo de la posesión. Y eso ayuda a que futbolistas como Vinícius reciban en ventaja para exhibir su habilidad.
Camavinga enchufó al Real Madrid, aún con carencias por pulir pero corrigiendo errores que le marcaban. Tomó el duelo con la seriedad que merece el Villarreal. No hubo relajación en el primer acto e incluso marcó de una forma poco habitual este curso, con un disparo desde fuera del área de Fede Valverde que rozó en Álex Baena y lo convirtió en imposible a la estirada de Diego Conde.
La primera derrota del curso, en Lille, que extendió el mal sabor de boca de haber dejado escapar el derbi del Metropolitano en el último suspiro, no provocó el regreso al tridente de Ancelotti. Mantuvo cuatro centrocampistas con Jude Bellingham en la mediapunta sin encontrar su sitio pero dejando detalles de calidad cada vez que recibió el balón y una entrega defensiva encomiable. Y mandó a Tchouaméni al centro de la defensa.
Ni las numerosas bajas que han condicionado los primeros encuentros al Villarreal han afectado al rendimiento del equipo de Marcelino García Toral. Sin dos puñales arriba como Gerard Moreno y Ayoze Pérez, mostró las razones de su buena dinámica. También de visitante. En el Bernabéu encajó su primera derrota lejos de casa y tuvo ocasiones para cambiar el rumbo. Tras ver a Mbappé perdonar solo un saque de esquina medido de Modric, lanzó dos avisos, con Álex Baena brillante en el pase al espacio.
Pero en el combate de púgiles que asomaba fue Fede Valverde el que se impuso con su golpeo a los 14 minutos. Un gol que necesitaba el Real Madrid. Los jugadores para ganar tranquilidad. La grada para calmar la ansiedad que ya asomaba con algún silbido cuando Barry remató fuera la primera clara. EFE