Caracas, Venezuela (AFP) Yulimar Rojas se niega a ponerse techo. La atleta venezolana quiere ser la primera mujer con marca de 16 metros en el salto triple.
«El límite es el cielo. No me quiero limitar y decir hasta dónde puedo llegar», dijo Rojas a la AFP a través de su equipo de prensa, dejando claro que su objetivo no es solo romper el récord mundial de 15,50 metros de la ucraniana Inessa Kravets, vigente desde 1995, sino pulverizarlo.
«Sé que puedo saltar 15,50, pero mi ambición es ser la primera que supera los 16 metros (…). Tengo la capacidad», comentó la deportista de 25 años en una entrevista con World Athletics después de ser reconocida el pasado 5 de diciembre como Atleta del Año 2020 junto al garrochista sueco-estadounidense Armand ‘Mondo’ Duplantis.
Ya tiene, desde el 21 de febrero, la plusmarca en pista cubierta, 15,43; con la que dejó atrás el registro de 15,36 de la rusa Tatyana Lebedeva en 2004.
Es una fuerza dominante.
Comenzó 2020 con el récord indoor y, tras una larga pausa por la pandemia de covid-19, reapareció con una victoria en la Reunión de Mónaco en la Liga de Diamante, el 14 de agosto, aunque con una marca discreta (14,27).
Había acaparado en 2019 las mejores marcas, con cinco ejecuciones sobre los 15 metros y tope de 15,41. El mejor registro del año pasado que no llevase la firma de Yulimar Rojas fue un 14,93 de la jamaicana Shanieka Ricketts.
De «novata» a «favorita»
En los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro-2016, la colombiana Caterine Ibargüen ganó oro (15,17), mientras Rojas se quedó con la plata (14,98) y la kazaja Olga Rypakova con el bronce (14,74).
En los de Tokio-2020, reprogramados para 2021, la venezolana es la gran favorita.
«Era (en Río de Janeiro) la novata que dio una sorpresa al montarse al podio de salto triple. Yo estaba emocionada porque iba a competir contra grandes atletas e iba a representar a Venezuela (…). No dejo de estar emocionada y ansiosa, pero sé que esta vez el oro olímpico me está esperando», comenta a la AFP esta caraqueña que creció en una barriada popular de la ciudad costera de Puerto La Cruz.
Venía de ser campeona mundial bajo techo en 2016 y desde entonces sumó a su palmarés dos títulos outdoor en 2017 y 2019 y uno más indoor en 2018.
Con Ibargüen cerca de cumplir 37 años, el cambio de guardia llega.
Si cumple el objetivo, esta risueña morena de 1,92 metros de estatura sería la primera mujer venezolana con una medalla dorada olímpica.
Venezuela tiene tres ganadores de oros en la gran cita del deporte: el boxeador Francisco ‘Morochito’ Rodríguez en México-1968, el taekowndista Arlindo Gouveia en Barcelona-1992 y el esgrimista Rubén Limardo en Londres-2012. La presea de Gouveia recibió reconocimiento oficial en 2018, pues en 1992 el taekwondo estuvo en el calendario como disciplina de exhibición.
«A los tres los admiro. Son ejemplo a seguir y motivación. Cada uno representa al venezolano aguerrido, echado pa’ lante (…). Me enseñaron a hacer realidad mis sueños», expresa Rojas.
Un toque de «locura»
Cuando vio por televisión ganar oro a Limardo, Rojas se iluminó: «Me metí en la cabeza que quería eso».
Era una adolescente y, aunque su primer sueño era jugar voleibol, acabó en el atletismo.
Brilló en salto alto con oro en los Juegos Sudamericanos de 2014, pero paradójicamente ese mismo año decidió junto a su primer entrenador, Jesús Velásquez, cambiar al salto triple, algo que muchos consideraron una locura.
«La locura fue buena (…). Me enamoré perdidamente del triple. Ha sido la mejor decisión de mi vida», rememora.
Perteneciente a la sección de atletismo del FC Barcelona, Rojas espera marcar era con el mítico cubano Iván Pedroso como entrenador.
Bajo su guía, como dice ella, los límites se pierden de vista.