Economía
“Con la reforma laboral se pueden destruir alrededor de 450.000 empleos en Colombia”
29 de mayo de 2023
Para la directora ejecutiva de Fenalco Antioquia, los cambios propuestos suponen más intervención y rigidez en el mercado laboral colombiano
Diego Mendoza
Colombia discute el proyecto de ley para reformar las reglas del mercado laboral, una propuesta que ha sido bandera del gobierno del presidente Gustavo Petro, y que buscaría “proteger y reivindicar los derechos de los trabajadores”.
La reforma pretende introducir cambios en la jornada laboral, las contrataciones, el pago dominical y festivo, el trabajo agropecuario, los permisos obligatorios, la equidad de género, la discusión de contratos colectivos, y los derechos a huelga.
En función de comprender los posibles efectos de este proyecto, más allá de las intenciones señaladas por el gobierno, y teniendo en cuenta la actual dependencia que tiene el estado Táchira por la importación de bienes y servicios del país vecino, además de ser el lugar de acogida de más de dos millones de venezolanos, Diario La Nación conversó con la economista María José Bernal Gaviria, directora ejecutiva de la Federación Nacional de Comerciantes Empresarios (Fenalco), seccional Antioquia.
Los efectos de la reforma laboral
La economista ha venido desarrollando en los últimos meses un arduo trabajo de conferencias, debates y declaraciones a los medios con la finalidad de alertar acerca de los riesgos que representa la aprobación de esta propuesta.
“Nosotros consideramos que esta es una reforma que va a repartir hambre a dos manos en este país porque es prácticamente la estatización del mercado laboral, pasando por alto que es el sector privado el que tiene una capacidad de transformación increíble, y de sacar gente de la pobreza”.
La propia ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, encargada de presentar el proyecto, sostuvo que “el objetivo de la reforma laboral no es generar empleo, sino mejorar las condiciones laborales”.
En este sentido, Bernal considera que esta afirmación no sólo resulta alarmante en un país donde más del 60 % de la población económicamente activa está en la informalidad y en el desempleo, sino que, a su vez, según estimaciones de Fenalco, “con esta reforma se pueden destruir alrededor de 450.000 empleos en un primer momento”.
Por consiguiente, habría que poner el foco en los incentivos que habrá para generar nuevos puestos de trabajo, en vista que, bajo la premisa de la llamada “estabilidad laboral”, esto se puede hacer sumamente costoso y difícil, algo que afecta a las generaciones presentes y futuras que verán reducidas sus oportunidades.
Datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) señalan que el trabajo informal en el primer trimestre de 2023 representó un 58,2 % del total nacional, un hecho que la reforma no está considerando atender.
“Lo que en realidad se está pretendiendo es privilegiar a la pequeña porción de ciudadanos que tienen un empleo formal, y más exactamente a los que están sindicalizados”, subrayó la economista, para quien “un difícil despido se traduce en una inviable contratación”, habiendo cada vez menos oportunidades para salir de la informalidad.
La reforma que sí necesita Colombia
Para la directora ejecutiva de Fenalco Antioquia, organización que actualmente representa a unas 2.000 empresas en 38 sectores económicos, urgen cambios estructurales en el mercado laboral, puesto que los problemas existentes vienen de décadas atrás, “sólo que, esa reforma debe ser contraria a la que se propone actualmente”.
“Lo que en realidad se necesita es un mercado laboral dinámico, y ese justamente es el papel que juegan las empresas en una economía. Con esto nos referimos a que, si alguien no se siente cómodo en una empresa, pueda tener otras oportunidades de empleo disponibles”.
Para conseguir este objetivo, la economista sugiere centrar el debate en la necesidad de hacer una revisión seria y detallada a aspectos como las regulaciones que pesan sobre las contrataciones y que hacen “absurdamente rígido este mercado”.
“La flexibilidad laboral no tiene nada que ver con precarización, es decir, con inseguridad e incertidumbre para los trabajadores, como han querido venderlo algunos”, enfatiza, sino que es justamente lo que podría ayudar a reducir los costos por empleado, aumentando los incentivos para crear nuevos empleos que vayan sumando a los cerca de 15 millones de colombianos que están en la informalidad.
También considera que habría que evaluar “cuánto se le está cargando a las empresas tanto a nivel tributario como regulatorio”, y trabajar en aras de un mercado donde se priorice la competencia, en lugar de uno de barreras que termine privilegiando a unos pocos en detrimento del consumidor.
Por ende, lo mejor sería “procurar empresas que crezcan, que se abran al mundo, que sean de verdad un motor de desarrollo económico potente, basado en tecnología y en alto valor agregado, que ayude a mejorar la productividad del trabajador, la eficiencia de la producción y la oferta de bienes”, concluyó Bernal.