Economía

“Hay un vínculo entre calidad institucional y nivel de vida”

5 de junio de 2023

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El economista Martín Krause señala el papel que juega el tener reglas claras que propicien el surgimiento de empresas y la inversión de capitales extranjeros

Diego Mendoza


Venezuela volvió a ser reprobada en el más reciente Índice de Calidad Institucional (ICI) que realiza la Red Liberal de América Latina (RELIAL), ocupando el puesto 182 de los 183 países considerados.

El deterioro permanente de la institucionalidad es actualmente parte del debate que se suscita en universidades y organizaciones que estudian la vida política, social y económica del país. Incluso, su atención forma parte de los puntos fundamentales expuestos en las propuestas de varios precandidatos presidenciales.

La institucionalidad resulta un factor determinante para el progreso por ser el marco que restringe el actuar de las autoridades políticas, garantizando la libertad individual y el respeto a los títulos de propiedad que son el incentivo al desarrollo de los proyectos de vida.

Justamente, por ser un tema trascendental y en aras de sumar opiniones a este debate, Diario La Nación conversó con el economista argentino Martín Krause, quien es doctor en Administración, profesor en la Universidad de Buenos Aires, y encargado del Índice de Calidad Institucional.

Profesor Krause, ¿qué factores toman ustedes en cuenta al momento de evaluar la calidad institucional de los países?

R.: Lo primero que creo importante abordar es aprender a diferenciar las palabras institución y organización, que se tienden a confundir. Una organización es un conjunto de personas reunidas en pos de un bien común, mientras que las instituciones son reglas para ejecutar diferentes acciones.

Para entender esto mejor me gusta usar como ejemplo el fútbol, donde los clubes, equipos o federaciones serían las organizaciones, y las reglas para poder jugar serían los marcos institucionales.

Pues bien, justamente estas reglas son las que nosotros evaluamos a través de dos áreas principales, por un lado, las instituciones políticas y por otro las de mercado o económicas.

En cada uno de los casos tomamos cuatro indicadores distintos donde evaluamos las posiciones que ocupan los países. Así, en las instituciones políticas no fijamos en el respeto al derecho, a la libertad de expresión, en el funcionamiento de la democracia y en la corrupción por considerarla como ausencia de institucionalidad.

En cuanto a la parte económica tomamos en cuenta las facilidades para hacer negocios, la capacidad de poder comerciar, invertir y establecer precios, y el tener una moneda sana.

Lamentablemente, desde hace años Venezuela ocupa los últimos peldaños del índice, teniendo mucho que mejorar.

Algunos precandidatos han señalado que uno de los puntos fundamentales a ser atendidos es justamente la institucionalidad para poder atraer capitales. ¿Han podido ustedes corroborar que existe relación entre calidad institucional y las inversiones?

R.: Nosotros una vez realizamos un estudio para conocer el vínculo que hay entre calidad institucional y volumen de inversión, es decir, recepción de capitales extranjeros, y nos pudimos percatar que la relación es indiscutible.

Esto es bastante fácil de entender porque la inversión extranjera no va a ir a lugares donde además de tener que asumir el riesgo vinculado al negocio que está haciendo, tenga que sumar también el riego de un país que cambia constantemente sus reglas de juego, que no las respeta y que establece todo tipo de regulaciones y trabas, como por ejemplo en la movilidad de capitales.

Las empresas se desalientan en ambientes como estos, y buscan mejores oportunidades en otras partes donde puedan desarrollar con seguridad sus actividades. Es decir que la institucionalidad ejerce un papel protagónico en la competitividad dentro del mercado global.

Ahora bien, ¿la mejora de la calidad institucional es un proceso rápido, o, por el contrario, es gradual, necesitando del consenso político?

R.: En muchos países los cambios deberían ser drásticos, sobre todo en cuanto a materia economía, puesto que hay medidas que podrían ser de shock. Pero está claro que el camino en líneas generales es gradual, que los resultados se van a ver a largo plazo. Pero, el sólo hecho de empezar a caminar en una dirección de cambios produce expectativas positivas, con resultados relativamente rápidos.

Las mejores referencias que tenemos para nuestros países, es el caso de Estonia que fue parte de la Unión Soviética, y ahora ocupa el puesto 11 del ICI, y el caso de la República Checa, que también estuvo en la órbita comunista y ahora ocupa el puesto 22.

Ambos países tuvieron Estados grandes y autoritarios que no respetaban las libertades políticas y económicas, pero desde hace unos 30 años para acá decidieron poner atención en el mejoramiento de sus instituciones, lo que los ha llevado a ascender en el índice.

Creo importante señalar en este punto que los países que ocupan los primeros lugares no es que sean perfectos, todos ellos siguen teniendo cosas que mejorar, pero lo importante es que trabajan de manera permanente en ello.

¿Cuáles podrían señalar que son las consecuencias de contar con instituciones de calidad?

R.: Hay un alto vínculo entre calidad institucional y nivel de ingresos por habitante. Si se hace una correlación entre los países con mejores resultados en el ICI se puede ver que son los mismos que ofrecen mayor cantidad de oportunidades a sus ciudadanos y mayores niveles de ingresos.

Por último, profesor Krause, ¿cuál es la recomendación para conseguir transitar el camino hacia la mejora de la calidad institucional?

R.: Desde que comencé a hacer este índice, en 1997, y después recopilé unos datos de algunos años más atrás, me he dado cuenta que hay cuatro países que se han mantenido en las mejores posiciones, estos son Suiza, Dinamarca, Nueva Zelanda y Finlandia.

Por lo tanto, vale la pena estudiar qué leyes han decidido adoptar y cuáles dejar a un lado. Cómo han organizado sus sistemas de justicia, y cuánto interviene el Estado en la vida de las personas.

Como se evidencia, varios de los mencionados son países nórdicos, y aquí quiero detenerme un momento porque muchas veces las personas consideran que estos se destacan únicamente por su libertad política y respeto a los derechos individuales, pero que son bastante socialistas en términos económicos.

Pues bien, la verdad es que esto último no es cierto. En las evaluaciones hechas, sus instituciones de mercado también ocupan las primeras posiciones. Y esto es así porque son lugares que tienen monedas sólidas, donde se respeta la propiedad y la libertad de hacer contratos, etc. Por consiguiente, no son paraísos socialdemócratas como a veces se sugiere.

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