Economía
¿Venezuela nunca se arregló? analistas económicos explican que todo fue una «percepción» de mejora
29 de mayo de 2023
Desde finales de 2021 hasta por lo menos avanzado el segundo semestre de 2022 los indicadores económicos tuvieron una significativa mejora, que se podían ver a simple vista con el incremento de una dinámica comercial a partir de la apertura de una serie de negocios, desde bodegones, pasando por restaurantes, hasta exclusivas tiendas de artículos de marca. El sector de la construcción también comenzó a activarse. Todo apuntalado por el avance de la dolarización.
Estos síntomas de recuperación si bien se sentían en todo el país, fueron más evidentes en el centro y la región capital, sin embargo, desde aproximadamente octubre de 2022 y en lo corrido de 2023 todo parece haber vuelto a entrar en una suerte de estancamiento o, peor aún, retroceso en otros casos.
Al respecto, analistas económicos consultados por el Diario Tal Cual sostienen que factores muy débiles generaron una cierta mejora en varios aspectos macroeconómicos, pero nunca obedeció a un plan integral de recuperación sostenida. Todo se trató de una percepción de mejora.
Un ejemplo de ello es el desarrollo del sector de restaurantes. De acuerdo a la Cámara Nacional de Restaurantes (Canares) en 2022 abrieron sus puertas unos 200 locales con oferta de 70 puestos en Caracas, Maracay, Valencia, Maracaibo, Lechería y en todo el estado Nueva Esparta. No obstante, el presidente del gremio, Iván Puerta, sostuvo que 60% de ellos cerrarán en 2023 por diversas razones y en especial por el desconocimiento del negocio.
Mientras que la cifra de bodegones bajó a 405 en todo el país en 2022, en comparación a los 486 que mantuvieron sus puertas abiertas en 2021. También hubo un cierre de los locales dedicados a la venta de bebidas alcohólicas (licorerías) al pasar de 13.429 a 11.415 en el mismo período.
Las últimas cifras oficiales del Indice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) publicadas por el Banco Central de Venezuela (BCV), si bien señalan que hubo una desaceleración en los precios, aún muestra una tasa anualizada de tres dígitos al cerrar abril en 436,3%. Sólo en enero de este año, hubo una importante variación de 42,1%, la más alta de los últimos dos años.
Estas cifras son cercanas a las divulgadas por el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), un organismo independiente que monitorea la economía del país. El OVF reportó una inflación de 471,24% en los últimos 12 meses, mientras que en enero de 2023 también registró la mayor variación de los últimos 23 meses con 39,4%.
Economía venezolana, rara e impredecible
Para Tamara Herrera, directora de la Consultora Síntesis Financiera, «no hay precedentes» en la historia económica en la cual se utiliza un programa de instrumentos de control monetario severo, que quitan oxígeno a la economía y, que con los cinco años de implementado, todavía el país tiene una muy alta inflación.
«Es decir, se tiene un proceso sumamente lento de salida de alta inflación con una carga recesiva muy relevante», afirmó.
Pero más preocupante aún, es el resultado de los precios en dólares, los cuales de acuerdo a estimaciones de la consultora Ecoanalítica aumentaron 50% en el último año.
«Dadas estas circunstancias, resulta extremadamente complicado mantener un incremento sostenido en el consumo. Es evidente que nos encontramos en un entorno desfavorable, sin embargo, las empresas deben dar prioridad a la eficiencia en sus procesos y a un estricto control de costos y gastos», dijo Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica.
Impacto en el consumo del venezolano
Es precisamente el consumo de los venezolanos el que más se ha visto impactado durante este período. Datos de la Asociación Nacional de Supermercados y Autoservicios de Venezuela (ANSA) señalan que en los primeros meses de 2023, el crecimiento del número de unidades vendidas fue tímido. Las cifras destacan que las ventas en abril aumentaron 4% con respecto a abril de 2022, mientras que en comparación a marzo de 2023 subieron apenas 2%.
En lo que respecta al consumo de productos básicos como harina de maíz y de trigo, pasta alimenticia, arroz, sardina, azúcar y aceite, en abril de este año, apenas creció 1% versus el mes anterior. Mientras que la compra de productos lácteos (fórmula o leche infantil, leche corta y de larga duración, leche en polvo, leche condensada y yogurt) hubo una disminución de 2%.
«El crecimiento en el consumo no ha estado en línea con el comportamiento que esperábamos, pensamos que habría un movimiento mayor», indicó Italo Atencio, presidente de ANSA.
Sobre el consumo, Herrera destacó «que habrá que esperar si hay una reanimación en el resto del año», pero cree que «no hay señales claras de que el consumo pueda aumentar», a menos que continúe una estabilización en el sistema cambiario.
Y es que la recuperación de la capacidad de compra de los ingresos de los venezolanos sigue afectada, luego de que no se hiciera efectivo un aumento en el salario mínimo por parte del ejecutivo nacional, que a la fecha sigue siendo de 130 bolívares o 5 dólares, mientras que el costo de la canasta alimentaria ronda entre 390 y 510 dólares, de acuerdo a informes del OVF y Cendas-FVM.
La dolarización de facto de la economía y el pago de salarios en divisas permitió hace tres años que los ingresos de los venezolanos tuvieran mayor capacidad de compra. Sin embargo, los precios de los bienes y servicios en moneda extranjera tuvieron tal repunte que hizo que en Venezuela se presentara lo que era impensable para muchos: la inflación en dólares.
Recientemente, Maduro dijo que es momento para comenzar a «desdolarizar» la economía, no solo en Venezuela sino en el mundo. Pero esto no es tan sencillo como decirlo.
A juicio de Oliveros, un proceso de «desdolarización» es complicado y difícil de implementar debido a diversas razones. En primer lugar, porque el dólar es una moneda ampliamente utilizada como medio de pago en el país, lo que dificulta el reemplazo del bolívar y; en segundo lugar, el dólar es una moneda de reserva y ahorro para muchos ciudadanos, lo que les hace reticentes a abandonarla.
«En tercer lugar, los agentes económicos establecen precios y costos en dólares, lo que ancla sus expectativas y dificulta la transición a otra moneda. Además, el monto de efectivo en divisas que circula en el país supera ampliamente la cantidad de bolívares en circulación, lo que dificulta todavía más la ´desdolarización´. Por último, la inflación anual del 400%, según datos del propio BCV, hace difícil generar confianza en el bolívar», señaló el director de Ecoanalítica.
Para el economista y profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Leonardo Vera, los problemas de inflación seguirán siendo una de las mayores preocupaciones y de los mayores desafíos para las empresas y los hogares venezolanos. «Venezuela ahora es un país bimonetario de facto y, en mi opinión, la dolarización parcial es prácticamente irreversible y representa desafíos para la política monetaria en el futuro», dijo durante el el Foro ¿Cómo caracterizar la recuperación económica en Venezuela?.
Redacción web