El funeral de Vicente Fernández, el lunes 13 de diciembre, dimensionó la devoción por su figura, la de un auténtico ídolo de pueblo, que incluso llevó a algunos a tomar un avión a México tan pronto supieron de su partida.
Entre los miles que desfilaron ante el féretro estaba la colombiana Gabriela González, que no dudó en tomar un vuelo el domingo desde Bogotá a Guadalajara, Jalisco (oeste), para despedirse de Chente.
“Estamos aquí solamente por acompañar a México en este duelo tan terrible”, dijo a la AFP González, profesora de primaria de 58 años, que viajó con otras cinco personas.
Amante de las emotivas interpretaciones del Charro de Huentitán, quien murió el domingo a los 81 años, la colombiana no descansó hasta llegar al rancho Los Tres Potrillos, propiedad de la familia Fernández.
Las exequias se cumplieron en una arena construida por iniciativa del cantante, quien no pudo recuperarse de una caída en su hacienda en agosto pasado.
Vicente era “una gran persona; sus canciones tienen mensajes hermosos, algo que no se escucha en la música de hoy”, señala González.
Las honras fúnebres volvieron a colmar por segundo día el centro de espectáculos VFG, en las afueras de Guadalajara, donde este lunes se celebró una misa de cuerpo presente con la familia y amigos del ganador de tres premios Grammy y nueve Grammy Latino.
Según autoridades locales, asistieron más de 116.000 personas durante las varias horas que duró la despedida.
Tras la misa, el popular cantante Alejandro Fernández, su hijo, interpretó ante el féretro “Volver, volver”, una de las canciones más célebres del artista y quien según medios había pedido fuera interpretada en funeral.
“Despídanlo con un aplauso”, llamó monseñor Oscar Sánchez Barba, amigo de la familia que ofició la ceremonia religiosa, lo que puso de pie a miles de asistentes. (Cortesía/AFP)