Como pocas veces, el Carnaval de Río de Janeiro, Brasil, el más espectacular del mundo, ofreció un fastuoso desfile de las escuelas de samba, más crítico social y políticamente hablando que en años anteriores.
Empezaron dedicando sus comparsas a la tolerancia y a la inclusión, luego contra la sátira y el ataque de frente a las noticias falsas y en abierto enfrentamiento contra el gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro.
Durante el recorrido de 700 metros del Sambódromo, ante más de 70 mil almas, las 13 escuelas de samba participantes expusieron duras críticas contra el racismo, la homofobia y la intolerancia religiosa, abriéndose el espectáculo, visto por millones de personas través de la televisión, por la Escuela Sao Clemente, ganadora el año pasado y que hizo un despliegue fuerte de sátira política, rechazando la corrupción en el país y el uso de testaferros para encubrir los robos a la cosa pública.
Se destacó en una de las carrozas al humorista Marcelo Aduet, disfrazado como el presidente Bolsonaro, montado en una carroza que distinguía las noticias falsas.
Pero lo que más impresionó fue la representación del Jesús, Jesús indio y Jesús mujer, que se sumó a la Escuela Mangueira que propuso imágenes de cómo sería Jesús si naciera en el Brasil de hoy: ¿Sería pobre, sería negro o sería habitante de una de las favelas del país de la samba?
De todas formas, ayer se cerró este magno evento en homenaje al rey Momo, que fija la atención mundial a su desarrollo y que cada año ofrece novedades y deja una estela de comentarios por su fastuosidad y libertad de expresión que manifiestan las “escolas do samba”, que se preparan todo el año para ofrecer lo mejor de su creatividad, vestuario y actuación.
Víctor Matos