La poesía que opta la forma del libro sigue presente y a ella rindió homenaje Michelena, en un evento especial que contó con la presencia de los poetas Alejo Vivas Ramírez, Adolfo Segundo Medina, Elí Caicedo Pinto y Porfirio Dávila.
Aprovechando el receso de la cuarentena, vinieron los invitados desde lugares algo distantes, como Colón y Rubio, para invocar en el “Corazón del Táchira” el verbo poético en un encuentro, acontecimiento humano tan limitado en un mundo poseído por una pandemia, y mucho más cuando de cultura se refiere.
Sirvió la ocasión para presentar los más recientes poemarios bajo el sello editorial Zócalo Editores, un proyecto de carácter semiartesanal, que recientemente tuvo una destacada participación en la edición virtual de la Filven-2020, y a través del cual muchos autores que no habían soñado con publicar lo han hecho, mientras que figuras ya consagradas de la poesía han podido ratificar su valía ante el público lector.
Fue así como se presentaron los libros: Bonsái, de Porfirio Dávila; Heridas de Cal, de Benito Mieses; Oscuro, de Lucía Rojas, y de Julio Romero Anselmi, Antología y Vuelo de Luciérnaga.
Precisamente, el anfitrión de la jornada fue el joven poeta Alejo Vivas Ramírez, cuya voz esclarecida no ha descansado en cuarentena y así como ha hecho parte de ediciones virtuales dedicadas a la poesía, también se presentó recientemente en el Festival Mundial de Poesía. Sus breves poemas encajan de manera justa en el estrecho corredor que da la eternidad, y en su punto final los pensamientos pendulean sobre el silencio.
Freddy Omar Durán