Tony Camargo, quien inmortalizara la canción ícono en los pueblos de América Latina, “El año viejo”, murió el pasado miércoles 5 de agosto, a la edad de 94 años, en el hospital de la ciudad de Mérida, en el estado de Yucatán, México, víctima de diabetes, según señalaron sus familiares.
Él había grabado hace 66 años la página que se escucha en todos los hogares de América Central y Sudamérica, “El año viejo”, como despedida y a la vez advenimiento del próximo, que es coreado desde que lo grabara en 1953.
Este cantante mexicano, en una de sus giras a Venezuela, recibió la partitura y la letra de parte del compositor colombiano Crescencio Salcedo, lo que le sirvió de pasaporte para dejar para la eternidad este tema de tan grata recordación.
Tony Camargo tuvo su época estelar como cantante, alternando en giras con figuras de la talla de Benny Moré, Wello Ruiz y el recordado Luis Alcaraz, hasta que dejó su huella con la página ícono de final de año, que se repite de manera tradicional en el mundo de habla hispana, interpretando esta pegajosa cumbia que también encumbró a su compositor.
Había nacido en Guadalajara, estado de Jalisco, en México, el 1 de junio de 1926, hasta que se radicó en Yucatán, en donde fuera sometido a una delicada intervención quirúrgica de un pie por la diabetes que padecía, lo que no pudo superar, dejando, eso sí, el legado imperecedero del himno del final del mes de diciembre, en donde antes de los petardos y luces de bengala se escucha su voz, que forma parte del folklore universal de más de seis décadas.
Con su fallecimiento, se va otra de las leyendas de la canción continental que forjaron su fama desde mediados del siglo pasado.
Víctor Matos