De un tiempo a esta parte, el espectáculo del arpa, cuatro y maracas en el Táchira se ha ido extinguiendo, tanto en promoción como en presentación y divulgación de parte de sus artistas.
San Cristóbal, otrora centro del criollismo en la zona andina, se inundó de espectáculos del folklore llanero, tanto con las figuras invitadas de esa región, como del surgimiento de nuevas figuras en el estado que se dieron a conocer a lo largo y ancho del territorio nacional, incluyendo la vecina Colombia.
Hasta que la programación de estos encuentros fue reduciéndose y en la práctica casi desaparece, solo quedando celebraciones en el mes de enero, con motivo de las fiestas de la Feria de San Sebastián.
Su cultivo se había vuelto tradicional en restaurantes de venta de carne a la vara, destacándose el de Asogata, en donde la presentación de figuras del folklore y la proliferación de intérpretes tachirenses reunían a decenas de seguidores todos los fines de semana.
Fue una época de oro en donde las presentaciones de estrellas como: Reynaldo Armas, Luis Silva, Cristina Maica, Teo Galíndez, Alfredo Parra, Cristóbal Jiménez, Rummy Olivo, José Gregorio Oquendo, Jorge Guerrero, Ignacio Rondón, Héctor Hernández, Reina Lucero, Cruz Tenepe, El Cazador Novato, Aries Bigot, Francisco Montoya, El Carrao de Palmarito, entre muchos más, eran de lo más comunes, quienes se confundían con los del patio y amanecían ofreciendo lo mejor de sus canciones.
De aquí salieron verdaderos valores, significativos talentos, muchos de los cuales aún se mantienen, pero fuera del estado, ya que la canta criolla tachirense ha hecho un ensordecedor silencio, a pesar de tantos amantes que existen de nuestra música autóctona.
Ejemplos hay muchos, pero empecemos por Luis Lara, maestro arpista, compositor, de una larga y fructífera trayectoria, ejemplo de las nuevas generaciones y que ha llevado su arte a varios países del exterior.
Le siguen el cantautor Adolfo Contreras, El canario de los Andes, quien acaba de festejar los 30 años de vida artística, y el que más ha vendido discos en sus 9 álbumes que ha grabado a lo largo de su carrera.
Otro compositor y cantante, que aún está en la cúspide de su profesión, es el sancristobalense Alexánder Acosta, quien se ha paseado por numerosos escenarios y mantiene muy en alto el acervo musical llanero, para orgullo de sus coterráneos.
Entre los más destacados está, no cabe duda, Antonio Alejandro, nativo de Pregonero, que ha estado en numerosos eventos de envergadura y continúa como un perseverante cultor del joropo, con un estilo muy especial, aplaudido por sus centenares de seguidores.
En el ámbito femenino, Mirtha Marcano se distingue por su calidad vocal y forma de entonar sus temas, grabados en el 2001, como Oye tú, que le abrió grandes oportunidades.
No podemos dejar de recordar a Ricardo Leal, “El orgullo de El Piñal”, quien en medio de sus grandes éxitos se retiró de la canción, pero dejó una estela extraordinaria de calidad y mensaje.
También contamos con Javier Contreras, el Pollo de Pregonero, que aún sigue con sus shows en los llanos; Manuel Marcano, el coplero de Apure; Alcides Sandoval, entre los más laureados a nivel local y nacional; Juan Carlos Ibarra, siempre activo; José Gregorio Solórzano, de Pregonero; Jorge Velandria, arpista y coplero tachirense; Wilmer Colmenares, el hijo de Táriba, y hasta Luis Canaguá, que tuvo su momento estelar entre nosotros.
Fueron también los años en donde la radio dio un impulso extraordinario a la difusión de la música folklórica, con programas enteramente dedicados a su actividad, y en donde Ricardo García, por ejemplo, dio y sigue dando un gran impulso al desarrollo de nuestra música, al igual que lo hizo en su momento otro gran locutor y extraordinario promotor de lo nuestro, Lucas Pino.
Con el pasar del tiempo, la crisis -en todos los sentidos- ha hecho mella en el cultivo del arpa, cuatro y maracas que tantas satisfacciones dio a sus amantes, que incluso no se pierden los tradicionales festivales del criollismo que organiza cada año, dentro del marco de la Feria Agropecuaria, la Asociación de Ganaderos del estado Táchira, que se resiste a que se olviden los años de esplendor y gloria del folklore venezolano en el Táchira.
Víctor Matos