Ni los apagones ni las altas temperaturas hicieron mella en la fe de los habitantes de San Antonio y Ureña
Jonathan Maldonado
Multitudinarias muestras de fe se vivieron en frontera durante la Semana Mayor. Los apagones y las altas temperaturas no hicieron mella en la devoción de los habitantes del eje San Antonio del Táchira-Ureña.
Desde un concierto de música sacra hasta la tradicional procesión del Nazareno, la misa por los enfermos y el viacrucis del pueblo, evidenciaron la gran receptividad de la ciudad con la agenda pautada por la Iglesia Católica en la zona.
Deleite para los feligreses
La Orquesta Sinfónica Juvenil de San Antonio del Táchira se fusionó con la coral Vox Dei de San Cristóbal para deleitar este Martes Santo a los feligreses con un concierto de música sacra que tuvo como escenario la Basílica Menor de la frontera.
Cerca de 30 músicos y 42 integrantes de la coral se lucieron con un repertorio que incluyó extractos del Requium de Mozart. Cada pieza erizó a los asistentes que aplaudían en medio de la solemnidad de las instalaciones de la Basílica San Antonio de Padua.
Dos jóvenes, el director musical de la orquesta, Kenji Yoshioka; y el profesor de la cátedra de flauta, lenguaje musical y coro, Ángel Rojas, llevaron la batuta del concierto, que sobrepasó la media hora.
El párroco de la Basílica Menor, Reinado Contreras; los concejales Rómulo Rojas y Carlos Rodríguez, y representantes de otras instituciones, estuvieron presentes en el concierto.
Los jóvenes de frontera dieron nuevamente una muestra del gran talento que reside en los espacios que conforman el núcleo, donde la disciplina y el esfuerzo son parte de los valores que enarbolan a diario.
Procesión del Nazareno signada por un apagón

Justo cuando la imagen del Nazareno iba saliendo de la Basílica Menor San Antonio de Padua, en el municipio fronterizo Bolívar, un apagón en ese sector obligó a los devotos a encender las linternas de sus teléfonos, mientras los encargados del sonido activaban su planta eléctrica.
Eran cerca de las 7:30 p.m. Algunos feligreses, sobre todo los de la tercera edad, prefirieron retirarse para evitar tropezarse y caer en medio de la multitud que acompañaba al Nazareno.
El calor se acentuó tras la suspensión del servicio eléctrico. «Lástima que no respetaron la procesión del Nazareno», soltaban algunos creyentes mientras alumbraban con sus celulares el camino.
La reinante oscuridad hacía que la imagen del Nazareno se perdiera rápidamente de la vista de quienes optaron por no seguir con la caminata. Los cantos y oraciones no dejaban que la fe se apagara en los asistentes.
Como es costumbre, la imagen fue cargada en hombros por el grupo de nazarenos, ataviados en su hábito y capirote color púrpura, a tono con la vestimenta que portaba la efigie.
«¡Que Dios bendiga a Venezuela!», reiteraban constantemente los feligreses.
Multitudinaria muestra de fe

Un río de devotos acompañó el tradicional viacrucis celebrado este Viernes Santo en la ciudad fronteriza de San Antonio del Táchira, en el municipio Bolívar.
La multitudinaria procesión partió de la fachada de la Basílica Menor San Antonio de Padua. Allí, previo a la caminata signada por 14 estaciones, hubo una escenificación que revivió el momento en el que Jesús es condenado a muerte por Poncio Pilato, a petición del pueblo judío, y es liberado Barrabás, un ladrón.
Las escenas, gracias a la pulcra interpretación del grupo de actores, conmovieron a los cientos de feligreses que observaban con mucha atención la actuación.
Muchos acudieron a esta caminata a pagar promesas. Otros, movidos por la tradición, van en familia. Incluso, hubo quienes fueron con sus mascotas.
El párroco de la Basílica Menor, Reinaldo Contreras, lideró el Santo Viacrucis.
Bendición del fuego en Vigilia Pascual
Con la bendición del fuego y encendido del cirio, arrancó la Vigilia Pascual este Sábado Santo en la ciudad de San Antonio del Táchira.
Una noche fresca, signada por una tenue lluvia, acompañó la jornada que se inició frente a la sede de la Cruz Roja de la ciudad. Allí, el párroco de la Basílica Menor San Antonio de Padua, Reinaldo Contreras, procedió a bendecir el fuego, custodiado por la Hermandad de Nazarenos, ataviada en esta ocasión con su hábito y capirote de color blanco.
Decenas de devotos acompañaron la actividad que duró aproximadamente 20 minutos. De ahí, partieron en una corta procesión hasta la Basílica Menor, adonde los feligreses ingresaron con los cirios apagados. Solo se mantuvo encendido el Cirio Pascual, que representa a Cristo Resucitado, luz del mundo.
Ya dentro de las instalaciones de la iglesia, los creyentes, los nazarenos y el párroco se mantuvieron en vigilia hasta las 12:00 de la medianoche, cuando las manecillas del reloj dieron paso al Domingo de Resurrección.