Frontera
Aura Ramírez: la septuagenaria que desanda la frontera para reciclar plástico
18 de abril de 2021
La dama lleva más de tres años en la frontera. Ha probado en varias facetas de la informalidad; en la actualidad se dedica al reciclaje
Jonathan Maldonado
Toda una vida, Aura Ramírez, venezolana de 72 años, se la dedicó a la enseñanza. Tras varios lustros de servicio, fue jubilada. Al principio consiguió disfrutar de sus años de entrega a la docencia; incluso se compró una camioneta que le generaba el sustento para vivir en su estado natal, Miranda.
Con tres casas, decidió emigrar a Colombia cuando ya rayaba los 70 años. Pese a la edad, no se amilanó. No se fue muy lejos, se radicó en el departamento de Norte de Santander. Allí, con los ahorros que tenía, consiguió levantar tres carretas de ventas de comida en el corregimiento de La Parada, zona comercial con la que se tropiezan los venezolanos una vez cruzan los caminos verdes.
Frente a la llegada de la pandemia, hacía ya 13 meses, sus ventas en La Parada bajaron notablemente y tuvo que desistir de sus puestos. Con el paso del tiempo, tomó la decisión de desandar la frontera, con los riesgos que implica, para reciclar plástico y cartón y así venderlos.
Trabaja de lunes a domingo, pues un día sin laborar descuadra sus pagos en Colombia. “Allá cobran hasta por caminar por los pasillos”, ironizó la septuagenaria, al tiempo que señalaba que está residenciada en el barrio La Playita, en Cúcuta, donde comparte con otros venezolanos.
“Aquí estoy sola”, resaltó la dama mientras dejaba claro que le gusta lo que hace, pues se distrae caminando por tantas zonas y calles, en busca del anhelado plástico y cartón.
A Ramírez le gustaría regresar a su ciudad de origen, a su hogar. Espera que el ámbito económico mejore para retornar.