Michael Rico Herrera, de 41 años, cumplió cinco meses desaparecido en la frontera. Su madre y abuela aseguran estar desesperadas, pues, a la fecha, no hay rastro del ciudadano.

«Pareciera que la tierra se lo hubiera tragado», suelta su madre, Rosa Herrera. Ese día, 8 de mayo, Rico salió desde muy temprano a su acostumbrada jornada laboral en el Instituto Municipal de Aseo y Ornato (IMAO) del municipio Bolívar.

Según información recopilada por su famila, Michael laboró todo el día en la recolección de los desechos y, cerca de las 9:00 p.m., sus compañeros lo dejaron en la esquina donde está la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalística (Cicpc), para que se dirigiera a su casa en el barrio 5 de Julio. Nunca llegó.

El trabajador del IMAO tiene 10 años viviendo en San Antonio del Táchira, tras haber abandonado su estado natal, Miranda, en busca de nuevas oportunidades de empleo.

Su progenitora instó a los organismos competentes a no abandonar la investigación para saber qué pasó con el ciudadano. «Por favor, si alguien llega a verlo, ayuden a esta madre que está desconsolada por no saber nada de su hijo».

Jonathan Maldonado