Los bicitaxis de la ciudad de Ureña se niegan a desaparecer ante la drástica disminución de usuarios, tras la reapertura para el paso de vehículos por el puente internacional Francisco de Paula Santander.
En total, son 10 los ciudadanos que por casi 15 horas pedalean para trasladar a los clientes desde la aduana y hasta el tramo binacional, o viceversa.
«El trabajo ha disminuido mucho», manifestó uno de los trabajadores. «Estamos resistiendo, guapeando para no desaparecer», indicó, mientras se disponía a salir con un usuario desde el puente y hasta la aduana.
El grupo de servicio de transporte ecológico, nació en pandemia, en demanda de muchas personas — casos de salud –, que requerirían cruzar el tramo binacional y era más cómodo hacerlo en este tipo de vehículos a dos ruedas.
Ellos son conscientes que el puente abierto para el paso de vehículos impactaría en su dinámica, la cual se dio a causa de una frontera cerrada.
«De activarse por completo el transporte público binacional, corremos el riesgo de quedar en el olvido», reconocen los conductores de este tipo vehículos.
Jonathan Maldonado