Frontera
Caravanas y pólvora binacional por la patrona de transportistas
17 de julio de 2023
En San Antonio del Táchira y en La Parada los conductores festejaron a su virgen
Jonathan Maldonado
La tranquilidad y el silencio de los domingos se vieron interrumpidos por las caravanas de los transportistas en honor a su patrona, la Virgen del Carmen, que cada 16 de julio sus feligreses conmemoran su día.
El ruido de las cornetas se escuchaba en los barrios del casco central de San Antonio del Táchira, a la par de la pólvora que iban lanzando a un cielo medianamente encapotado y con leves precipitaciones que no menguaron el ánimo de los transportistas.
A las afueras de la Basílica Menor San Antonio de Padua, decenas de chutes (parte delantera de las gandolas), estaban estacionadas y ataviadas de globos de color blanco y azul. En algunos, sobresalían la imagen de la Virgen, ya sea en yeso o estampada en afiches de grandes dimensiones,
En la vía hacia el terminal de San Antonio del Táchira, a la altura de la iglesia La Sagrada Familia, una veintena de busetas engalanaban la festividad. Todas estaban adornadas de globos y de cintas de colores pálidos, los que representan la advocación mariana.
Richard Urbina, presidente de la Cámara del Transporte de la Frontera, manifestó el júbilo que siente el gremio por el día de su patrona: «Aquí estamos, una vez más, rindiéndole el tributo y el respeto que se merece».
Urbina, acompañado por integrantes de su línea suburbana y del párroco Rafael Arcángel Sandia Zambrano, destacó la importancia de asistir a la misa, pues se trata del acto central que envuelve fe y tradición. «Luego vamos a hacer un agasajo entre los compañeros», recalcó.
El párroco Sandia Zambrano elevó sus oraciones por quienes tienen la responsabilidad de estar frente al volante, prestando de manera solidaria un servicio al prójimo, «como nos enseña el Señor en su palabra».
Una vez concluida la homilía, las caravanas se hicieron sentir nuevamente por las principales vías de la zona. El bullicio se iba disipando a medida que se alejaban y entraban a otro barrio, cuyos habitantes entendían el significado de la algarabía. «Están celebrando a su patrona», se escuchaba decir en varias viviendas de la jurisdicción.
Los más jóvenes ignoraban la tradición, razón por la que los padres o abuelos procedían a explicarles el gran peso que tiene para el sector. Los más curiosos soltaban un rato el teléfono y se imbuían en la charla con sus mayores.
Caravana en La Parada
El festejo en La Parada, por parte de la “mancha amarilla” (taxistas colombianos), también se hizo notar. Los carros se forraron de globos y en el techo dispusieron de una imagen en yeso de la Virgen. El sonido de las cornetas se fusionaba con el vallenato que tenía a todo volumen uno de los vehículos.
«¡Viva la Virgen!», gritaban ciertos conductores mientras los transeúntes no dudaban en sacar los teléfonos para capturar las imágenes. El escenario era llamativo y muchos se identificaban por la fe mariana que los cobija.
A un costado, estaba un grupo de camiones listo para unirse al recorrido. En uno de ellos, una enorme imagen de la patrona reflejaba el por qué se hallaban estacionados en la zona. «Ella nos bendice y acompaña en todo momento», esgrimió uno de los conductores.
Por el puente internacional Simón Bolívar circularon decenas de taxis con sus globos y con la bandera de la Virgen. «Hoy están de fiesta. Así han pasado desde tempranas horas de la mañana», soltó un funcionario de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).