Casi en la mitad del puente internacional Simón Bolívar, se logra divisar a una distancia no mayor a los 500 metros a grupos de ciudadanos desafiando la corriente del río Táchira para cruzar la frontera.
Aunque la mayoría de ciudadanos circulan por los cuatro puentes formales que unen a Táchira con Norte de Santander, hay quienes optan por los caminos verdes, ya sea para pasar algún tipo de mercancía o para migrar.
Algunas personas (migrantes) son conducidas por las trochas pudiendo usar los puentes. Son engañados por supuestos asesores. Otros, como van como menores y no llevan los permisos correspondientes, se aventuran por estas sinuosas rutas.
Frente a las persistentes precipitaciones que mantienen alto el caudal del río, las autoridades instan a los ciudadanos a evitar emplear las trochas. Están los que ignoran estas indicaciones.
Jonathan Maldonado