Jonathan Maldonado
Los Mangos, La Platanera y Las Pampas son las trochas más frecuentadas por los ciudadanos en esta semana flexible
“El río Táchira está algo crecido”, soltó uno de los tantos ciudadanos que cruzaban este jueves las trochas para arribar a Colombia. Su pareja, con la mirada puesta en el afluente, respondió: “ese puente improvisado provoca susto, pero si pasa la moto, también soportará nuestro peso”.
En ciertos puntos de los caminos verdes, el puente internacional Simón Bolívar se hace visible. Su imagen desolada -solo pasan pacientes crónicos por el canal humanitario- resalta frente a unos caminos sinuosos que parecieran haberse convertido en los nuevos puentes. Nadie los ha oficializado, pero se usan constantemente.
Cerca de las 10:00 a.m. de aquel jueves, 15 de abril, la trocha La Platanera estaba cerrada para ingresar al vecino país, solo la estaban empleando para el regreso. En ese instante, la ciudadanía que iba Colombia se desvió hacia Los Mangos, ubicada a unos cuantos kilómetros de la primera. El calor, a esa hora, era inclemente. El sol abrasador se reflejaba en los cuerpos sudorosos de los transeúntes.
Por el camino, los caminantes deben estar atentos, pues también circulan motos y bicicletas, algunas veces vacías y, otras veces, cargadas de costales. Los conductores dan la sensación de ser expertos, pues entre el peso y la inestabilidad de la ruta, no cualquiera se le mide. Las altas temperaturas no cesaban y el movimiento de personas, tampoco.
Los sedientos no deben esperar mucho. Durante el camino por la trocha, pueden tropezarse con varios puestos improvisados de venta de refrescos. Inclusive, llama la atención uno de los puestos, pues además de su tamaño -considerable-, lo que vende son productos como escobas, recogedores, coletos, entre otros.
“Si no lleva su tapaboca, acá se lo tenemos”, grita otro de los vendedores, con su sombrilla desplegada para protegerse un poco del sol. Los precios dependen del material del tapaboca. La moneda que se utiliza es el peso, ya sea del lado colombiano o venezolano. Si la persona lleva dólares, también se los reciben. El problema, con esta moneda, es el vuelto.
5.000 ciudadanos
A diario, a la frontera, en semana flexible, están arribando cerca de 5.000 ciudadanos. La mayoría lo hace con el fin de cruzar hacia Colombia por los caminos verdes.
De acuerdo con cifras aportadas por el alcalde del municipio Bolívar, solo en carros particulares están arribando, a diario, alrededor de 3.300 personas, mientras que en buseta o carro por puesto (rutas suburbanas) están entrando al día más de 1.700 ciudadanos.
El puente descansa, pero las trochas no. Su dinamismo ha aumentado en estos días de flexibilización.