Residentes de los barrios Lagunitas y Curazao se unen en esta agradable actividad
Jonathan Maldonado
Durante los días de asueto, el trompo sale a relucir en las calles de la frontera. Este Jueves Santo no fue la excepción para los amantes del tradicional juego.
Habitantes de los barrios Lagunitas y Curazao, dos sectores vecinos de San Antonio del Táchira, en el municipio Bolívar, aprovecharon la soledad que reina en las calles — pocos transeúntes y vehículos –, para desempolvar el trompo, objeto hecho de madera o de plástico.
«En este juego no importa la edad. Desde adolescentes y hasta personas de la tercera edad están participando en la jornada recreativa», manifestó uno de los organizadores.
Cuando no es el trompo es la pelota de goma, pero hoy, por decisión de la mayoría, se puso a bailar al trompo, comentaron.
Durante la actividad, las bromas y las risas se escuchan a cada instante. No falta quien pida que se repita la jugada por considerar que hubo alguna falta.
Al final, lo que se «busca es pasar un rato agradable, sin dejar que se mueran las tradiciones. A veces el día a día no nos da chance, por eso aprovechamos la Semana Mayor, donde además de orar y reflexionar, nos divertimos sanamente».
El trompo es un objeto de madera o plástico, con forma de pera, que tiene una punta metálica, que le permite, una vez lanzado con el cordón que se le enrolla, hacer su baile característico.