La tradición no se apaga en frontera. Este domingo, apenas el reloj marque las 12:00 de la medianoche en punto, en gran parte de los barrios de San Antonio del Táchira, en el municipio Bolívar, se realizará la quema del Año Viejo.
La creatividad se hace visible con cada muñeco exhibido. Freddy Sequera, migrante interno, lleva ocho años disfrutando de esa tradición en la Villa Heroica.
«Es agradable ver cómo despiden el año con la quema de un muñeco», sentenció quien es orindo de Maracay, en el estado Aragua. Sus hijos sí están fuera del país: en Chile y Medellín, Colombia. En el momento de la entrevista, estaba conversando vía telefónica con su hija.
En el barrio Pinto Salinas, el Año Viejo se lo dedicaron a los migrantes, a los hijos de frontera que, por diversas razones, han tenido que irse de su terruño.
«No hay que perder la tradición», soltaba otro vecino, pero en el barrio La Popa, donde también se sacó a la calle el famoso Año Viejo.
Jonathan Maldonado