Cada Semana Santa, María Fernanda Castro Peñalosa (Mafer), y su familia, se alistan para armar sus puestos de venta de imágenes religiosas, y demás accesorios alusivos a la fe y devoción. El tarantín de la joven está justo al frente de la Basílica Menor San Antonio Padua.
El emprendimiento se ha convertido en una tradición. Así lo define la joven de 25 años al precisar que desde que tiene uso de razón, recuerda acompañar a sus familiares a ofrecer los productos durante la Semana Mayor. Ahora es una de las que atiende los tarantines.
«Antes de que yo naciera, ya mi familia estaba con todo esto. Llevamos más de 40 años», subrayó mientras calificaba la experiencia de muy bonita, pues además de los ingresos por ventas, aprende, escucha las misas y conoce a mucha gente.
Aunque es del municipio Pedro María Ureña, se instala en la jurisdicción vecina, Bolívar, debido a que otros familiares hacen lo mismo en su localidad de origen. «Mucha gente viene, pregunta y al rato regresan a comprar. Otros ya son clientes que lo conocen a uno y se acercan porque saben que ofrecemos buena mercancía», soltó.
Las velitas, los 33 credos y las cuerdas son los productos que más receptividad tienen en los devotos. «También tenemos pulseras de swarovski, acerina y murano. De todo hacemos nosotros poco a poco».
«Antes no nos dábamos abasto»
El Viernes y Sábado Santos, a juicio de Castro Peñalosa, son los días que más se vende. «Claro, las ventas no son como antes, pero sí sale algo», aclaró al destacar que la situación económica limita a muchos, así como la migración, pues ya muchos se han ido, incluidos algunos integrantes de su núcleo más cercano.
«Antes, en un solo puesto, atendíamos entre cuatro a cinco personas y no nos dábamos abasto», resaltó al asegurar que en la actualidad al menos 15 parientes están enfocados en el mismo negocio.
Cuando concluye la Semana Mayor, la joven y demás familiares retornan a su principal negocio: venta de morcillas. «Somos criados a punta de morcillas. Tenemos lo que tenemos gracias a la venta de morcillas. Trabajamos de todo, en Semana Santa, el Día de la Madre, del Padre y en cada festividad».
Para María Fernanda el secreto de su éxito está en hacer las cosas con armor. «Nos nace hacer el trabajo, atendemos con amabilidad y a la gente le gusta», enfatizó quien estará frente a la Basílica Menor hasta el Domingo de Resurrección.
Jonathan Maldonado