Frontera
Finalizar el año lejos de la familia, el drama de la migración en la frontera
31 de diciembre de 2019
«Aunque sea tengo que escuchar sus voces». Con el dolor reflejado en la mirada y la voz entrecortada, Lisseth López, espera poder comunicarse este 31 con sus familiares para desearle feliz año.
López, abandonó Puerto La Cruz, en Venezuela, hace un mes. «Lo hice para ayudarlos», dijo quien, en esta oportunidad, solo podrá darles a sus vástagos y progenitora un abrazo digital. Desde la distancia, como están millones de familias venezolanas, envía a los suyos los mejores deseos.
La dama, al arribar a La Parada, en Colombia, empezó vendiendo café y otros productos. En la actualidad, es «carruchera», persona que se dedica a pasar mercancía de un lado a otro en una de especie de carrito de mercado.
Dejar a los hijos es lo más duro
Eliana Batista, de 26 años, dejó Valencia hace 12 meses. Lo más difícil fue desprenderse de su pequeño, de seis años, quien quedó bajo el cuidado de la abuela.
Este 31 de diciembre, la joven, quien tuvo que abandonar sus estudios en Comunicación Social para lograr ingresos en otra moneda, despedirá el 2019 alejada de sus padres y vástago.
«Debo ponerme dura para no doblegar», manifestó a quien la soledad le ha dado una gran lección de vida. «Al inicio, fue llanto tras llanto», confesó quien ha hecho de todo en La Parada: «he trabajado limpiando casas, atendiendo una casa de cambio y como vendedora informal», este último es el oficio que desempeña en la actualidad.
«Yo he hablado mucho con mi hijo, le he explicado el por qué de mi ausencia», agregó con un dolor que le desgarra el alma.
Como Eliana, son millones los que estarán ausentes de sus hogares como consecuencia de esta masiva migración.
Reportó: Jonathan Maldonado (@ponchogocho)