Frontera
Desde esta Frontera XVII / Indocumentados: Más allá de la trocha
lunes 24 noviembre, 2025
Pavel Rondón*
Las Naciones Unidas han denominado a los migrantes así: Migrante, emigrante, desplazado, inmigrante, refugiado y asilado. Estos son términos aceptados internacionalmente. Sin embargo, surgen denominaciones muchas veces despectivas hacia los extranjeros, especialmente entre países vecinos. En Colombia y Venezuela se llaman unos a otros “colombiches” y “venecos”, con denotación negativa, aunque ello no es generalizado, y menos actualmente.
El término “indocumentado” se refiere a una persona que no tiene la documentación necesaria para identificarse o vivir legalmente en un país. Se utiliza comúnmente para describir a migrantes que han entrado sin autorización o que, tras entrar legalmente, han excedido el período de estancia permitido y no han cumplido los requisitos para permanecer. Los indocumentados pueden enfrentar procesos de deportación y tienen derechos limitados, a veces reconocidos, como en Estados Unidos.
Con el objeto de conocer rasgos importantes sobre la población de colombianos ubicados en una zona específica de la frontera venezolana, presentamos resultados de un gran estudio realizado en décadas anteriores. Desde los años ochenta comenzamos un proceso de investigación sobre los indocumentados, en los estados Apure y Táchira, con equipos de la ULA Táchira, y en el estado Zulia desde el Instituto Zuliano de Estudios Fronterizos (IZEF), el cual presidimos durante la gestión del gobernador Francisco Arias Cárdenas. A continuación comentaremos los resultados de una encuesta realizada en el estado Zulia en el año 1987. Obviamente, la información que se presenta líneas abajo es de aquella época. Ahora existen otras circunstancias, la realidad es diferente.
El tamaño de la muestra se estableció tomando como base la población de colombianos arrojada por el Censo Nacional de 1991: Machiques con 10,11 %, Mara con 5,10 %, Páez con 2,99 %, etc., y municipios que aun cuando su límite no es la frontera, el impacto de esta migración se ha sentido, como en Maracaibo, con el 49,03 % y San Francisco con 8,66 %.
Situación legal de los colombianos entrevistados: Medios de identificación utilizados para ingresar al país: el 63,35 % ingresó sin ningún tipo de identificación. Un 16,10 % con permiso y 11,57 % utilizó otro mecanismo para ingresar al país. Sin embargo, quienes ingresaron sin identificación, un 70.31 %, utilizaron las rutas legales. Se considera rutas legales la vía Maracaibo-Paraguachón: 36,00 %, San Cristóbal: 1,45 %, Puerto de Santander: 3,72 % y apenas un 27,91 % migraron por caminos verdes, entre ellos: Trochas: 10,11 %, por el Río Limón: 2,75 %. Un alto porcentaje no informó a través de qué vía ingresaron. En cuanto a si realizaron algún tipo de pago, el 59,39 % respondió que no y un 36,81 % sí lo hizo. Sobre la documentación que poseían, el 53,07 % manifestó no tener y el 29,77 % sí tenía documentos, como visa, permiso, etc., de los cuales solo el 4,69 % afirmó haber obtenido estos documentos de forma ilegal y 85,60 % para el momento de la entrevista, no lo había hecho.
Características de la familia indocumentada: Para el momento del estudio, 82,69 % de los colombianos entrevistados tenían hijos y 15,45 % no. De este porcentaje, 75,24 % de los hijos estaban en el Zulia y, de este porcentaje el 32,47 % no tenía documentos de identidad. De este porcentaje, se determinó cuántos tienen hijos indocumentados, bien sea en condición de venezolanos indocumentados o extranjeros indocumentados, dando como resultado que el 31,47 % de la muestra de colombianos tenían hijos sin documentos de identificación y 38,11 % tenían documentación para permanecer legalmente en el país; un 6,15 % no respondió. Situación conyugal: 59,79 % vivía en concubinato; 14,48 % eran casados y 22,09 % solteros.
Nivel educativo de la muestra de colombianos: En esa época era bajo, pues el 80,19 % no poseía formación adecuada para participar en el mercado laboral. Solo 18,93 % poseía alguna formación técnica.
Discriminaciones: 55,58 % manifestó no haber encontrado ningún tipo de limitaciones en el estado. 17,80 % sufrió algún tipo de discriminación por su condición. 6,96 % padeció el abuso de autoridad y un 4,77 % conoció la discriminación salarial. Total, solo un 29.53 de la población encuestada.
Los resultados de aquel estudio del siglo XX evidenciaron la existencia de una población colombiana integrada a la realidad zuliana. Igualmente, que la discriminación y maltrato por su condición eran muy pocas. Luego traeremos encuestas realizadas en Táchira y Apure.
*Presidente de FUNDEFID
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