Una gran parte de la casa de la familia Ruiz Pineda estaba levantada con paredes y techos de zinc que fueron derribados este martes 29 de julio, en horas de la tarde, por los fuertes vientos registrados en la frontera.

Eran cerca de las seis de la tarde, cuando las ventiscas hicieron tambalear la casa donde habita Yessenia con sus tres hijos y su pareja, ubicada en la parte alta del barrio Pinto Salinas. «De un momento a otro, empezó a llover y los terribles vientos tumbaron la puerta de la casa y arrancaron las paredes y el techo del cuarto de los niños».

La progenitora, quien se encontraba en la vivienda junto a su hija, la menor de los tres, recalcó que los vientos hicieron desastres. «Algunas láminas de zinc las rescatamos. La mayoría de los enseres los perdimos», prosiguió, al tiempo que dejaba por sentado que el temor se apoderó de ella, pues estaba sola con su niña de cuatro años, a quien trató de proteger mientras la furia de la naturaleza se calmaba.

«Mi niña de cuatro años no hacía sino gritar. Lo que hice fue apoyarme en una pared y esperar a ver qué vecino se acercaba a ayudarnos», puntualizó para luego agradecer el comportamiento de muchos residentes que llegaron al punto afectado y ayudaron a rescatar las láminas de zinc que volaron varios metros.

Yessinia destacó que, al lugar, arribaron los funcionarios del Cuerpo de Bomberos y de Protección Civil para evaluar los daños. Pidió a la alcaldesa Sandra Sánchez, quien es de este barrio, que le brinde el espaldarazo que requiere para volver a levantar la estructura, pero con un material más resistente.

Gran parte de los enseres: camas, televisores, ropa y otros utensilios también los perdió. «Que la alcaldesa se ponga la mano en el corazón, ella es de aquí, nos conoce. Que nos ayude, pues tenemos tres niños, trabajamos en empresas de tabaco y lo que ganamos es poco. «Como pueden ver, no nos quedó nada».

Jonathan Maldonado