Las lluvias de las últimas horas, mostraron una vez más la fragilidad de varias comunidades de Ureña ante los desechos y escombros acumulados en la quebrada La Hedionda, que obstruye la circulación de las aguas pluviales.
La quebrada, que va desde la parroquia Nueva Arcadia hasta el barrio La Guajira y desemboca en el río Táchira, requiere de la «intervención de todos», aseguró el concejal de la jurisdicción fronteriza, Carlos Taborda, al lamentar la falta de «conciencia de los ciudadanos al seguir arrojando basura hacia el cauce, así como la poca limpieza y dragado por parte de la Alcaldía».
Taborda indicó que las lluvias de este lunes evidenciaron la vulnerabilidad en la que se encuentran muchas familias, sobre todo las que habitan los barrios de la parte baja, donde se represa el agua a causa de los escombros y desechos.
Instó a las autoridades a implementar jornadas de concientización y a multar a quienes sigan lanzando basura a la quebrada. Las peticiones también se centraron en un plan urgente de limpieza.
Para el concejal, las personas, de forma irresponsable, usan la quebrada como vertedero ante los retrasos que se presentan con la recolección del aseo urbano. «En el barrio Caney y Las Flores los vecinos se vieron afectados este lunes», enfatizó.
Carlos Taborda reiteró la necesidad de evitar que los riesgos sigan latentes en una quebrada que, aunque parece pacífica, pudiera causar alguna tragedia por el represamiento en tiempos de crecidas por precipitaciones.
Jonathan Maldonado