Piden a los ciudadanos ser más conscientes en torno a la grave contaminación que están generando

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Jonathan Maldonado

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La quebrada Seca, en San Antonio del Táchira, se ha convertido en un depósito de basura. Allí lo que pululan son bolsas de desechos sólidos, rodeadas de enjambres de moscas que develan la gran insalubridad.

Al margen del cauce, hay varias viviendas que se ven afectadas por los malos olores que, a dario, invaden cada espacio y requiere de un pronto saneamiento y de la conciencia de quienes suelen arrojar la basura, para que no lo sigan haciendo.

Blanca Celina Sánchez vive cerca del afluente. Lamenta que los habitantes de Ricaurte y Ruiz Pineda sean los principales promotores de acciones que dañan el buen vivir de las familias, aunado a las personas de otros sectores fronterizos que se acercan a la quebrada solo a lanzar la “bolsas”.

“Hasta animales muertos suelen arrojar”, indicaron los denunciantes, quienes detallaron que se trata de un problema de larga data. Urge que se haga algo, pues la contaminación es cada vez mayor.

“También tenemos el problema con las aguas negras, el cual no ha sido subsanado”, enfatizó Sánchez desde las inmediaciones de su hogar.