El llanto de Dórila Quintero, de 52 años, dejó de ser por angustia e incertidumbre al estar envuelto por la felicidad de ver a su hijo descender este miércoles 23 de julio del vehículo de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), institución militar encargada de entregarlo a los familiares en el estado Táchira.
Jorge Luis Guerrero Quintero, de 23 años, recibió el gran abrazo de su progenitora, justo al frente de la fachada de la casa, adornada con globos y mensajes de bienvenida. Son de Queniquea, capital agrícola del municipio Sucre.
La imagen que vio meses atrás en redes sociales, de su hijo esposado y engrosando la lista de venezolanos deportados por Estados Unidos a El Salvador, y detenidos en la megacárcel de Nayib Bukele, se ha ido diluyendo para darle cabida a la del joven en libertad, cobijado por su hogar y sus familiares.
Su hermano mayor, de 27 años, no pudo recibirlo, murió hace aproximadamente dos meses. «Él era el que vivía conmigo, pero se me fue de este plano. Solo me queda Jorge . Gracias a Dios ya está con nosotros; aquieta un poco el dolor en mi alma», dijo la madre en conversación con La Nación.
Como la mayoría, Jorge pasó casi cuatro meses tras las rejas. Era injustamente acusado de ser un integrante de la banda criminal Tren de Aragua. Para la familia, se trata de un episodio que nunca debió suceder, pues los casi 120 días que duró detenido, fueron de total desesperación. El sosiego regresó al hogar con su liberación.
Jonathan Maldonado






