En plena pandemia, un 26 de mayo de 2020, Néstor Luis Peña Vielma, joven venezolano de 18 años, desapareció en la ciudad colombiana de Cali. Desde ese instante, hasta la actualidad, su madre no ha descansado en buscarlo. Ha acudido a todas las instancias, pero el resultado ha sido infructuoso.
El joven llegó en 2018 a Colombia, tras haber dejado su tierra natal, el estado andino Trujillo. Un año después, su madre, Zugey Peña, hizo lo mismo, sin imaginarse que su vida tendría un viraje que golpearía su rol de progenitora. «No le deseo esto a nadie», soltó con una voz quebrantada, a punto de prorrumpir en llanto.
«Nadie quiere que su hijo se le desaparezca. Voy a cumplir cinco años en esta larga espera. Es duro, muy fuerte y hace sufrir a toda la familia. Y destruye familias también, por el mismo dolor y frustración», enfatizó con lágrimas surcando su rostro.

Como migrante, siente que los entes gubernamentales no le brindan el apoyo que se requiere. «Lo pelotean a uno de un lado a otro. Voy a decir lo que me dijeron un día: que teníamos que tener en cuenta que uno era extranjero y que primero son los nacionales».
La progenitora, aunque está cerca de Venezuela (vive en Cúcuta), no ha podido regresar a su país, y mucho menos a Trujillo. Deja por sentado que el estar tras la pista de su hijo, acapara su tiempo por completo. «Es un proceso muy duro», subrayó quien vive con su hija mayor. «Los otros están en diferentes zonas».
«Desde que mi hijo desapareció, no celebro la Navidad, ni el Día de Las Madres, para mí es un día cualquiera, netamente comercial», señaló quien pidió, a quienes tengan información de su hijo, a ponerse las manos en el corazón, y a dar la información.. «Si un grupo armado lo tiene, que lo suelte. No pueden tenerlo a la fuerza», puntualizó.
Jonathan Maldonado