Realizan una fatigosa travesía para lograr su cometido
Jonathan Maldonado
Es frecuente ver a grupos de chatarreros recorrer las vías de la frontera con el propósito de arribar a las trochas, pasar a Colombia con el material, y venderlo. Es la forma en la que sobreviven.
Algunos vienen de San Cristóbal, otros de Capacho. El recorrido que hacen, tanto de ida y vuelta, es fatigoso. Usan carretillas para desplazar la chatarra que consiguen. Casi siempre vienen acompañados de otras dos personas, para ir turnándose la carga.
«Este viaje lo hacemos dos o tres veces a la semana», dijo una de las damas que integraban el grupo de chatarreros. «El viaje, tanto de ingreso como de retorno, lo hacemos a pie, así nos ahorramos más», puntualizó.
Además, por ser semana radical, el transporte es nulo. Alguno que otro carro pirata circula por la vía y los precios de traslado, según los ciudadanos, no son muy accesibles.
La chatarra, algunas veces la compran en sus zonas para luego revenderla en Colombia. También suelen conseguirla botada o regalada. «Siempre estamos buscándola», recalcó la mujer de aproximadamente 45 años.
El dinero que ganan, en muchas ocasiones, lo invierten en el vecino país en mercado. Regresan con bolsas de alimentos para llevar a sus hogares. «Estamos sobreviviendo», enfatizó el grupo.
Para cruzar a Colombia, no tienen una trocha específica. «Usamos la que esté abierta y todo depende también de cómo se encuentre el río, que ha estado crecido en los últimos días», recalcaron.
Como este grupo, son muchos los que desfilan las calles de la frontera con su carga de chatarra, ya sea en semana radical o flexible. «Hay veces que pagamos en las alcabalas, y otras veces no. Hoy (domingo 28 de marzo), por ejemplo, no pagamos», aseveraron.