Frontera
Niños desaparecidos en Santa Ana pernoctaron en la aldea Las Adjuntas
21 de junio de 2021
Los infantes llegaron a la zona, en horas de la noche del sábado 29 de mayo, a bordo de una bicicleta
Jonathan Maldonado
La foto divulgada por este medio de comunicación, recientemente, sobre los niños desaparecidos en Santa Ana del Táchira, en el municipio Córdoba, encendió las alarmas de un grupo de vecinos de la aldea fronteriza Las Adjuntas, en la jurisdicción de Bolívar, pues se trataba de los mismos menores a quienes les habían brindado comida y cobijo el pasado sábado, 29 de mayo.
Representantes del Consejo Comunal de la aldea conversaron en exclusiva con el equipo reporteril de La Nación y dieron a conocer los detalles que certifican que sí estuvieron en la frontera, hacía ya casi un mes. “Eran cerca de las 8:00 p.m. cuando tocaron la puerta de mi casa”, dijo una de las entrevistadas, quien prefirió no revelar su nombre.
La dama, profesora, aseguró que los niños llegaron en una bicicleta, tipo cross. “Tanto mi esposo como yo, comenzamos a hacerles preguntas sobre qué hacían solos por la vía que conduce a Rubio, y de dónde venían. Nos dijeron que eran de Santa Ana”, recalcó la ciudadana.
En compañía de otra de las vecinas, indicó que los menores les aseguraron que habían bajado a la frontera en una camioneta, con un señor, para comprar ajos, pues es el producto que venden en el mercado de la zona con sus familiares. “La respuesta nos causó dudas, pues ellos se movilizaban en una bicicleta, pero mantenían ese relato y dijeron que el señor había desaparecido”, detalló.
Preocupada, la pareja prosiguió haciéndoles otras interrogantes. Incluso les preguntaron acerca de sectores específicos del municipio de donde decían que provenían, y respondieron correctamente. “Mi esposo tiene un familiar que vive allá y pudo detectar que los niños decían la verdad”.
Kénder Jesús Velazco Mejías y John Jairo Acevedo, ambos de 13 años, durmieron en el porche de una de las casas de la aldea, ese 29 de mayo. Allí, la pareja les acomodó una especie de cama, con su tendido y respectivas cobijas. “Ellos aprovecharon y lavaron los pantalones que portaban y los tendieron en las rejas del porche de la vivienda”, señaló.
Solo llevaban un bolso tricolor
Otra de las vecinas intervino en la entrevista. Resaltó que tanto Velazco como Acevedo llevaban solo un bolso con el tricolor nacional. Dentro del morral solo guardaban dos pantalones, solo eso, prosiguió la ciudadana, quien antes de ver la información publicada en los medios y redes sociales, juraba que los niños habían regresado a su hogar.
“Por acá se ven tantos caminantes, incluso con rostro de menores, que ya uno lo ve como casi normal”, aseveró, al tiempo que recordaba que visualizarlos solos, y con cara de adolescentes, le generaba angustia. “Ellos siempre fueron muy formalitos y educados”, aclaró la ciudadana desde la aldea.
Ya el domingo 30 de mayo, en horas de la mañana, y tras varios intentos infructuosos de aventones que buscaron los vecinos, para que los acercaran hasta Rubio, los niños decidieron emprender camino hacia la ciudad pontálida. “Uno se fue andando la bicicleta, y el otro caminando”, comentó.
Sin embargo, puntualizaron las vecinas, no habían pasado ni cinco minutos cuando los vieron bajar a los dos, a bordo de la bicicleta, rumbo a Peracal, como si se dirigieran a San Antonio. “Les gritamos, `muchachos, esa no es la ruta`, pero no pararon, siguieron sin voltear hacia nosotros”.
Ese fue el último momento en que los vieron. No regresaron por la zona. “Uno presume que se fueron hacia Colombia. Dios quiera y aparezcan, sanos y a salvo. Uno, que es madre, se pone en el lugar de los padres. Debe ser desesperante”, soltaron a modo de colofón.
Los niños están a punto de cumplir un mes extraviados. Las nuevas pistas, recabadas por el equipo reporteril de La Nación, dan fe de que sí estuvieron en la frontera y, probablemente, continúan en la zona.