Cerca de 48 vecinos se reunieron un 2 de octubre, pero de 1724, en la casa de Eugenio Sánchez Osorio, con el objetivo de levantar un acta en la que quedaba erigida la parroquia eclesiástica de San Antonio. Esos fueron los primeros pasos de una ciudad que, con el tiempo, ha sufrido cambios impensables para los residentes de aquella época.
Omar Villamizar, cronista del municipio, recordó que en esa misma morada se decidió que San Antonio de Padua fuera el patrono. La cristalización de esta meta, cuenta el profesor, se dio por la persistencia de Sánchez, quien se unió con el cura y a la vez cuñado, Antonio Omaña, para alcanzar el objetivo.
Entre los requisitos que exigían las leyes de India para constituir la parroquia, figuraban la existencia de buena leña, un curso de agua limpia (río Táchira), así como buen clima y tierras fértiles. “Todo lo cumplíamos. Una vez redactada el acta, la llevan hasta la alcaldía de San Cristóbal. Allí quedó el original y luego fue trasladado hasta el Archivo General de la nación, donde aún reposa este documento tan importante para los habitantes de San Antonio”, aseveró.
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Ese papel no fue descubierto sino hasta el año 1973, que es cuando Briceño Iragorry, tras el hallazgo, lo da a conocer. “Para ese tiempo había muy pocos periódicos y una sola radio y se dedicaban a otras cosas. El señor Carlos Rojas invitó a Carlos Andrés Pérez, quien prometió que si ganaba la presidencia de la República vendría a la celebración de los 250 años, y así lo hizo”, evocó el cronista.
En esa fecha, precisó, se hicieron actos muy importantes, como una misa solemne y el primer desfile cívico-militar, que tuvo como escenario la hoy convulsa avenida Venezuela. Además, se declaró a San Antonio del Táchira como la capital del estado por 24 horas. “Vino el gobernador de Norte de Santander. En aquel instante, San Antonio fue un día de fiesta, de júbilo y de grandes acontecimientos”.
Ya para 1970, los carnavales empiezan a cobrar vida en la ciudad y suplantaron a las fiestas patronales, las cuales solían durar una semana y atraían gente de Cúcuta, Ureña y Rubio. “Retrocediendo al año 1930, se redacta el primer libro de San Antonio del Táchira, cuya única copia está en mis manos. En el Archivo de Mérida hallé este libro. Es allí donde aparece el primer plano del pueblo, con pocas carreras y pocas calles, donde las carreras tenían nombres de héroes venezolanos, mientras las calles eran bautizadas con nombres de batallas”, especificó Villamizar.