10 días duró el regreso de la familia desde Medellín, Colombia, hasta la frontera, lado venezolano

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Por Jonathan Maldonado

El 22 de octubre del año 2020, Maribel Coby decidió migrar junto a su hijo a tierras colombianas. Dejó su estado, Carabobo, para experimentar en Medellín.

Casi 12 días duró su travesía para arribar a suelo neogranadino. Allá empezó vendiendo café, refrescos y comida. Luego, con el transcurrir de los días, fue contratada en una finca.

Allí duró algunos meses. “Al final la dueña nos dijo que no podíamos seguir trabajando y decidimos regresarnos a Venezuela”, detalló la dama, de 48 años.

Mientras hacía sus maletas y asimilaba su retorno, recibió la buena noticia de que podía viajar con Zeus, un cachorro mestizo que ayudó a criar mientras estuvo en la finca.

El canino también lucía agotado, pues fueron casi 10 días para llegar a Venezuela. El trayecto aún no había culminado, ya que su destino final es el estado Carabobo, de donde es oriunda.

Al preguntársele cómo definía sus estadía en el vecino país, la calificó de “regular, no tan buena ni tan mala”.

“No me arrepiento de haber vivido esta experiencia. Si no lo hubiera hecho, aún me estaría preguntando cómo me hubiera ido”, reflexionó la ciudadana, cuya humanidad descansaba sobre uno de los costales que cargaba.

A Venezuela regresa con la idea de no volver a emigrar. “Nada como mi país”, soltó mientras manifestaba la dicha que siente por haber logrado traerse a Zeus.

El camino a Carabobo es largo, “espero conseguir algunos aventones”, señaló quien también viajaba con una prima, un vecino y otros dos caballeros que se consiguieron en el trayecto.

“Estaba asustada porque me dijeron que en la trocha nos quitaban al perro, pero no fue así, solo nos pidieron una colaboración por las maletas y costales, pero les explicamos que no teníamos más dinero y nos dejaron pasar”, sentenció.