Frontera
Venta de motos: un negocio que crece en medio de una frontera aún estancada
10 de febrero de 2025
Al cruzar la avenida Venezuela, en San Antonio del Táchira, llama ahora la atención el número de locales que han subido sus santamarías para vender motocicletas frente a un comercio que, en otros rubros, sigue estancado en un 90%.
Desde la redoma del Cementerio Municipal y hasta la aduana principal de la ciudad, son visibles al menos tres estructuras dedicadas a la venta de estos vehículos a dos ruedas. ¿A qué se debe este factor?, el economista Aldo Contreras explica sus motivos.
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Contreras recordó, en primer lugar, que la moto representa una forma económica de traslado para el venezolano. «Una motocicleta 2025, que cuesta 1.200 dólares, permite a una familia que tenga 400 o 600 dólares reunidos acceder a ella y financiar el resto con una reserva de dominio», dijo.
Recalcó que un ciudadano, al hacer las cuentas entre lo que cuesta el pasaje del autobús, el servicio de mototaxi o un taxi todos días, se percata que es mejor comprar una moto, una opción viable para la familia ante el bajo poder adquisitivo.
Además, el economista subrayó que en el eje San Antonio del Táchira – Ureña, este tipo de ofertas representa una oportunidad para algunos nortesantandereanos que atraviesan la frontera para ver la gama de modelos y precios, ya que una moto parecida puede costar de 600 a 800 dólares más en el otro lado.
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«Muchas de estas motocicletas se compran con un porcentaje de descuento de un 30 o 40% de este lado, haciendo que sean atractivas. Está pasando que algunos venezolanos cruzan frontera por vehículos y los traen al Táchira, mientras los colombianos vienen al Táchira a buscar motocicletas para llevarlas a Colombia», enfatizó en entrevista concedida a La Nación.
Este escenario ha provocado la instauración de tres nuevas marcas de motocicletas que busca, en cierto modo, suplir esa demanda que existe en la zona, recordando también que la topografía en frontera permite tener este tipo de opciones, adicional al ahorro de combustible versus la cantidad de kilómetros recorridos que puede implicar una motocicleta frente a un carro.
El economista tachirense reiteró que el bajo poder adquisitivo hace que una familia venezolana solamente pueda hacer frente a los costos y gastos de mantenimiento que implica una motocicleta versus a un carro o al precio de compra inicial.
«Andar en dos ruedas debe implicar muchísima precaución debido a la cantidad de accidentes que se ha visto en los últimos meses. Pero, sin duda, es una repuesta al bajo poder adquisitivo que tiene el venezolano y, para poder movilizarse, es una alternativa muy rentable en los últimos días», soltó a modo de colofón.
Jonathan Maldonado