Frontera
VP denuncia que los caminantes pasaron a ser “un negocio redondo”
6 de febrero de 2021
Al despuntar cada día, en las vías que desde el sur del Táchira conducen a los municipios de la frontera con Colombia se observan grupos de personas que caminan en la misma dirección y cuyo objetivo es el mismo: salir de Venezuela, por la frontera tachirense.
“Vengo con toda la familia: mi mamá, mi esposa, los hijos. Nos tocó porque la estamos viendo muy difícil. Estamos viviendo una crisis fuerte en el país …no hay gas, gasolina, no hay nada; además, a diario se violan los derechos humanos de la gente. La situación es inaguantable”, dijo Alejandro Rafael Márquez, oriundo de Cumaná, estado Sucre
El venezolano comentó que lleva 23 días caminando, hace cortos descansos para reponer fuerzas y continuar el trayecto que lo llevará hasta Ecuador.
Entre las dificultades que ha tenido que sortear, junto a su familia, se cuenta la de enfrentarse a las autoridades, que en alcabalas o puntos de control los detienen y niegan la movilización, en algunos casos.
“Cuando pasamos las alcabalas, caminando, nos quieren quitar las pocas pertenencias que nos quedan. Si traemos un par de zapatos, unas gorras, nos las quitan y eso lo tenemos que aceptar para poder seguir el viaje, si no nos dejan pasar”, denunció.
Héctor, Julio y Carlos, quienes venían de Guanare y Barinas, caminan hacia el Táchira. Ya traían la piel tostada por el sol, y querían llegar a la alcabala de La Pedrera; antes habían abordado un autobús que los movilizó por un costo de 4 dólares hasta Santa Bárbara de Barinas.
“La situación en Venezuela esta ‘trinca’, uno trabaja y alcanza solo para medio comer; ni siquiera un bóxer se puede comprar uno, y de los zapatos ni hablar”, dijo Héctor.
El tema de la pandemia complica la salida del país, porque hay quienes se aprovechan de la situación y cobran más caro todo, agregó.
Un problema de todos
Para Júnior Colmenares, encargado de la Juventud del partido Voluntad Popular en Táchira, salir del país se ha convertido en todo un negocio para los grupos irregulares que controlan la zona y son quienes se encargan de cobrar tarifas a las personas que se dedican a trabajar movilizando a los caminantes, “y esto sucede con la complicidad de los cuerpos de seguridad”.
La problemática social que ha generado la situación de los caminantes mantiene preocupados a diversos sectores de la sociedad tachirense, que abogan bien sea por una solución a la crisis o al menos aliviar las penas que traen a cuestas quienes se desplazan caminando largos trayectos.
Organizaciones no gubernamentales y sectores políticos de la región han denunciado los excesos que se cometen con los migrantes, así lo dejó saber Júnior Colmenares.
“Los caminantes se han convertido en un negocio para los cuerpos de seguridad del estado y los grupos irregulares que hacen vida en Táchira. A diario son cientos de venezolanos, hombres y mujeres, de todas las edades y de diferentes rincones del país, quienes debido a la crisis humanitaria compleja inducida ingresan caminando al estado para continuar con su odisea en la vía hacia San Antonio o Arauca, y con destino a distintos países del continente”.
Colmenares, quien ha tenido la oportunidad de interactúan con algunos caminantes que desde el municipio Libertador, Abejales, se movilizan a la frontera, señaló que muchos de ellos denuncian haber sido víctimas de extorsión por parte de funcionarios de seguridad que portan uniformes, quienes los han despojado de artículos personales, ropa, objetos, prendas de valor o el poco dinero que traían consigo.
Los caminantes que vienen con más recursos, de igual manera tienen que caminar largos trayectos, debido a las restricciones del transporte público por la cuarentena. “Caminan hasta conseguir alguna mototaxi o transporte particular que, a través de escalas y pagando montos excesivos en dólares o pesos colombianos, los lleve al lugar de destino, precisó el vocero político de VP.
Rosalinda Hernández C.