El rugir de las plantas eléctricas se escucha nuevamente en frontera con la agudización de los cortes eléctricos, punto que preocupa enormemente a los pocos comerciantes que hacen vida en el eje San Antonio del Táchira – Ureña.
Aunque los cortes no duran lapsos de tres o cuatro hora — son más cortos–, como en meses anteriores, sí se están presentando en diversos horarios, trastocando el desenvolvimiento tanto en locales como en los hogares.
«Regresaron los cortes», manifestaba un vendedor del Mercado Municipal. «Para rematar, también la están quitando en horas de la madrugada», prosiguió al persignarse ante la difícil situación que atraviesa la zona.
Y es que el comercio no termina de despegar en San Antonio y Ureña. Su paralización está por encina del 90%. Las fallas eléctricas hacen más lóbrego el panorama.
«En el barrio Simón Bolívar ya son cuatro veces que la suspenden este martes 19 de noviembre», manifestó una ciudadana, cerca de las 10:30 p.m. al equipo reporteril de La Nación.
En los hogares, la situación también se complica, pues ante la ausencia del gas doméstico — llega solo una vez al año–, los ciudadanos usan las cocinas eléctricas, aparato que queda en modo «apagado» cuando no se cuenta con energía. La única opción es la leña, una práctica de cocción algo arcaica.
Jonathan Maldonado