Frontera
«Ya aguanté la pela estos días, debo aguantarme hasta que lleguen de nuevo las ganancias»
29 de marzo de 2020
Rostros de la Cuarentena: Cleiver Camacaro, de 24 años, está negado a regresarse a Caracas, su ciudad de origen, pese a la difícil situación que se vive actualmente en la frontera como consecuencia de la cuarentena. «Llevo tres meses acá», detalló al tiempo que aseguraba: «uno sobrevivía del trabajo diario. Con eso se pagaba alquiler y la comida».
«Ya aguanté la pela estos días, debo aguantarme hasta que lleguen de nuevo las ganancias».
Antes del cierre de frontera para frenar la expansión del coronavirus, el joven trabajaba como «trochero», oficio que compartía con la venta de refresco, pan y cigarrillos.
«A veces me quedo en la casa de un pana, a veces en la calle», reconoce Camacaro mientras recuerda que en Caracas no hay nada que hacer. «Allá está muy rudo», enfatizó.
Historias como la de Cleiver abundan en San Antonio del Táchira, ciudad que en los últimos años ha sido receptora de migrantes internos.
Reportó: Jonathan Maldonado (@ponchogocho)