El asesinato del comerciante Jhon Galvis, de aproximadamente 50 años, avivó la zozobra y temor en los dueños de locales de La Parada, en el municipio fronterizo de Villa del Rosario.
El suceso se registró este miércoles, en horas de la tarde, en una localidad con poco ajetreo en ese momento porque era día festivo en Colombia. Se conmemoraba la Batalla de Boyacá en Colombia.
Los tentáculos silenciosos de los grupos irregulares siguen moviéndose en uno de los barrios más frecuentados por venezolanos al cruzar el puente internacional Simón Bolívar, por su diversidad en el comercio y la presencia de varias casas de cambio.
«Nos preocupa mucho lo que pasó. Todos estamos con el credo en la boca, ya que esa gente pareciera que no tiene control», manifestó una comerciante cuyo nombre prefirió omitir para evitar alguna represalia.
La extorsión es el principal flagelo que padecen los comerciantes en ese punto. Aunque ha habido aprehensiones de delincuentes, el modus operandi en el que los victimarios usan granadas para intimidar, no ha cesado.
Los comerciantes piden un patrullaje más exhaustivo de la Policía Metropolitana de Cúcuta, pues todo apunta que a Galvis le segaron la existencia por no cancelar una extorsión o «vacuna», como también le llaman. Al parecer, hizo la denuncia sin que arrojara alguna respuesta.
Galvis era conocido tanto en La Parada como en San Antonio del Táchira, en esta ciudad venezolana también tenía un negocio de venta de pollo.
Jonathan Maldonado