La manipulación de bombonas de gas doméstico se ha convertido en lo más común para muchos venezolanos, quienes deben cargarla en sus hombros y caminar largos trayectos para reabastecerse
El 28 de diciembre de 2020, unas 160 bombonas de gas doméstico explotaron en el sector Caño de Los Becerros, del municipio Piar en el estado Monagas. 43 personas resultaron heridas en esta explosión, que se registró en el patio de una casa donde se estaban descargando cilindros de gas del camión que los distribuía. Entre los heridos estaban nueve niños, de los cuales ya varios han muerto debido a las graves heridas causadas tras el incidente. En total, ocho de los heridos han fallecido hasta la fecha.
Como este, al menos cinco accidente con bombonas gas doméstico han ocurrido en lo que va de año, uno de los cuales se registró también en el estado Monagas, donde madre, padre e hijo fueron enviados al hospital luego de que el cilindro explotara, haciendo estallar todo el lugar y causando días después, la muerte del infante y de la madre.
En medio de este escenario nos encontramos con que 5,5 millones de hogares venezolanos se surten de gas doméstico a través de diversos tipos de acumuladores, mientras que 500 mil familias usan gas directo, según declaraciones ofrecidas por el director general de la firma Gas Energy Latin America, en una entrevista a TalCual como parte de un trabajo que dejaba en evidencia los grandes daños de salud que origina el cocinar a leña.
Esto se traduce en que la mayoría de personas se ven obligados a manipular las bombonas de gas doméstico, ya sea por el trayecto que constituye llevar el cilindro hasta el camión que hace el recambio, o al llevarlo lleno nuevamente al hogar.
Lo mismo ocurre cuando se debe conectar la bombona a la cocina, o quitar porque ya quedó sin suficiente gas; siendo muy común que en muchos casos los cilindros se guarden dentro de casa.
En una entrevista realizada por diario La Nación, el primer teniente del cuerpo de Bomberos del municipio Fernández Feo en el estado Táchira, Eloy Márquez, explicó que si bien todos los ciudadanos se han visto de cierto modo obligados a manipular una bombona de gas doméstico, «debe evitarse guardar las bombonas en garajes de casas ubicadas en sectores céntricos y que no tengan la ventilación necesaria».
Asimismo, enfatizó que en estos depósitos, en muchos casos improvisados, las conexiones eléctricas tienen que encontrarse en buen estado, pues una chispa podría ser el detonante de explosiones o incendios. Además, se debe cumplir con lo establecido en la ley, según la cual los lugares de almacenamiento y venta de cilindros de gas deben tener carteles de señalización para evitar, entre otras cosas, fumar en estos espacios.
Por otro lado, al momento de ser transportadas de un espacio a otro, las bombonas deben ir siempre en posición vertical, jamás debe colocarse de manera horizontal, porque esto generaría que el líquido se derrame. Los camiones deben contar con un manto especial de goma en su plataforma, evitando así el roce directo entre el metal del vehículo y las bombonas.
«Vale recordar que un litro de gas licuado de petróleo -GLP- al hacer contacto con la atmósfera, se transforma en 262 litros de gas inflamable», acotó, advirtiendo las dimensiones del riesgo que esto representa.
Por otra parte, las bombonas deberían ser llevadas a una prueba de estática cada cinco años para verificar sus condiciones. «Eso es lo ideal, pues en estos controles se verificarían fugas y la empresa debería cambiarlas, pero con la realidad que vivimos, esto es difícil y las personas solucionan colocándoles pedazos de jabón azul, lo que constituye, a la larga, todo un peligro», señala el efectivo bomberil. Vale la pena recordar que la nula fabricación de nuevos cilindros ha generado un uso prolongado de aquellos que incluso ya están vencidos. De hecho, en el país hay un déficit de cuatro millones de cilindros, según información de petroguía.com.
Entre el miedo y la escasez
Ruth Castillo vive en Cartanal, una zona rural del estado Miranda donde el abandono gubernamental es la constante. Allí reina la escasez de agua, falla el servicio eléctrico y poco se ve llegar el camión del gas.
«Hace meses que cocino a leña, aquí no llega ni la sombra del gas, pero ya no sé si lo prefiero así, con tanto accidente que uno ha escuchado», dice la mujer de apenas 38 años, que con tres hijos cocina diariamente a leña los alimentos que consigue para llevar a su mesa.
Ella cuenta que, aunque a veces le cuesta respirar, se le irritan los ojos o los niños tosen mucho, por lo menos tiene una alternativa para poder preparar los alimentos.
«El gas comunal pasaba cada 15 días y traía las bombonas, para poder comprarlas debías estar registrada en el consejo comunal y esperar que ellos te avisaran, luego pasó que tenías que dejar la bombona en casa de estas señoras y ellas te avisaban cuando llegaba. Eso fue peor, porque te limitaban la compra, solo puede recargar dos y las regresan cuando a ellos – los de gas comunal- les de la gana», contó.
La última vez que una bombona de gas pasó la puerta de su casa fue en agosto de 2020, cuando luego de tres meses de espera llegaron al consejo comunal los anhelados cilindros.
Sin gas y sin bombonas aptas
En una entrevista para TalCual, el secretario de Profesionales y Técnicos de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela (Futpv), Iván Freites, señaló que en este momento la crisis de gas doméstico en el país se ha agudizado, pues no es solo la bombona la que escasea, sino que por la tubería ya tampoco llega el servicio.
En los últimos cinco meses, al menos siete explosiones con gas doméstico se han registrado en el país. Para Freites la explicación está en que los cilindros no están siendo utilizados de manera adecuada.
“El problema de esas explosiones es que las bombonas están fabricadas con especificaciones para estar rellenas 70% con propano y 30% con butano, y ahorita, debido a las condiciones en las cuales se encuentran las refinerías, las bombonas no están siendo llenadas únicamente con estos gases”, detalló.
En Venezuela el propano y el butano se producían en las refinerías, la mayoría hoy paralizadas o trabajando a media máquina. «Hoy no hay propano entonces las bombonas tienen que llenarlas con butano, que también presenta fallas en el suministro. Por eso a veces también las llenan con etano y metano”, dice Freites.
El secretario de la Futpv señaló que la producción de gas en este momento no llega ni siquiera a los 6 mil barriles diarios de producción, mientras que antes se producían alrededor de 60 mil barriles diariamente.
“El consumo hace 10 años era aproximadamente de 45 mil barriles diarios” detalló, alegando que en medio de las condiciones actuales de las refinerías es difícil que el país pueda cumplir con el suministro de gas, inclusive en el suministro por tubería.
Al respecto, Freites hizo alusión a lo que ocurre en el estado Zulia, donde el gas por tubería falla desde hace por lo menos tres años. “La situación de Pdvsa repercute en este servicio”.
“Las refinerías no están produciendo gas. Amuay y Cardón, donde se producían grandes cantidades del gas que se comercializaba en todo el país, están prácticamente paralizadas”, explicó
Bajo estas circunstancias los cilindros pierden las condiciones para las que fueron fabricadas, exponiéndolas a mayor cantidad de gases y generando mayor presión.
“Estos gases tienen especificaciones muy distintas en cuanto a presión, lo que aunado al problema en las bombonas que están muy deterioradas ponen en riesgo de explosión cada cilindro”.
Desde el exilio, Iván Freites explicó que, además, las bombonas contienen una válvula múltiple por donde se llena y otra que es de seguridad, está última debería despresionar los cilindros, pero como las válvulas no han sido cambiadas, el riesgo de explosión aumenta.
A tomar en cuenta
Estos son aspectos que deben tomarse en cuenta a la hora de manipular un cilindro de gas doméstico
1. Ventilación. El gas licuado de petróleo (GLP) consiste en una mezcla de varios gases en forma líquida que se almacenan en tanques de diversos tamaños. El gas es más pesado que el aire por lo que, en caso de fugas, este tiende a irse hacia abajo. Por eso es importante que las cocinas o los lugares donde se almacena el gas tengan ventilación cerca del piso.
2. Calidad de los componentes. Las válvulas, mangueras y cilindros tienen un tiempo de vida útil y se recomienda cambiarlos cada cierto tiempo. Los tanques de gas de uso doméstico tienen una presión de 80 a 125 PSI. Las mangueras y las válvulas deben ser adecuadas para soportar esta presión o mucho mayor.
3. Comprobar fugas. Para verificar si el gas está escapando puede utilizar agua jabonosa. Coloque un poco en cada conexión y si se forman burbujas quiere decir que debe asegurar ese punto. Las principales causas que encuentran los bomberos en las emergencias relacionadas con GLP son los insumos y las conexiones mal hechas.
4. Si se produce una llama, no corra. Mantenga la calma si al momento de retirar o poner la válvula en el cilindro de gas se forma una llama. Los expertos recomiendan mojar un mantel o toalla grande y asfixiar el fuego, para luego cerrar la llave de salida del gas.
5. En caso de oler a gas. En caso de detectar olor a gas, evite encender la luz y mucho menos un fósforo o encendedor. Hasta la pequeña chispa al encender la luz puede provocar un explosión en caso de haber gas expandido en una habitación con poco ventilación,
El saldo rojo de las bombonas
Desde diciembre de 2020 y hasta abril de 2021 se han registrado al menos siete explosiones de gas doméstico, la mayoría a través de bombonas. Por lo menos 14 personas han muerto y 44 han resultado gravemente heridas durante estos incidentes, por lo que hasta ahora no hay ni un solo responsable.
- El 28 de diciembre de 2020 explotaron más de 150 bombonas de gas doméstico. El hecho ocurrió en el Caño Los Becerros del municipio Piar en el estado Monagas. Resultaron heridas 46 personas, 36 de ellos de gravedad. Al menos nueve de ellas murieron debido a las grandes quemaduras que sufrieron y otras complicaciones. Entre las víctimas están tres menores de edad.
- El miércoles 13 de enero una nueva tragedia afectó a los habitantes del estado Monagas. Una explosión se registró en el sector Juan Ramírez, Costa Abajo, en la parroquia Boquerón, al norte de Maturín. Esto ocurrió en una vivienda, resultando heridos Carlos Espinoza de 28 años, Adriana Figuera de 31 años y el niño Ricardo Figuera, este último murió en el hospital Manuel Núñez Tovar, dos días después del accidente.
- El 19 de enero un nuevo accidente se registró en Monagas, el tercer incidente en menos de un mes dejaba en evidencia el problema con el gas doméstico en la entidad. En el sector Halliburton de la parroquia Jusepín, la fuga de gas por la válvula de una bombona provocó un nuevo incidente. La acumulación de gas producto de esta fuga ocasionó una deflagración y cuando Antonio Olivo encendió un de los interruptores de la luz se registró la explosión. Sus heridas fueron leves, sin embargo, tuvo que ser trasladado hasta una clínica de la ciudad.
- El domingo 14 de febrero la fuga de gas en una de las tuberías de la urbanización Antonio José de Sucre, ubicada en Barquisimeto, estado Lara, provocó una explosión que afectó por completo una vivienda. Gisela Mendoza, de 66 años, resultó herida y cuatro días más tarde murió. En este urbanismo, el sistema de gas doméstico se distribuye a través de bombonas ubicadas en un área externa de los edificios. El siniestro produjo el derrumbe de las paredes del apartamento y la pérdida total de los enseres, además de afectar otro apartamento vecino.
- Un comedor de la ONG Alimenta la Solidaridad Petare, que funciona en la casa de Karina Quintana, una de sus colaboradoras de Turumo, sufrió un incendio tras la explosión de una bombona de gas el miércoles 24 de febrero, causando graves daños no solo a la cocina donde la organización da alimento a 80 niños de la comunidad, sino a gran parte de la residencia de la señora. Las pérdidas materiales se contabilizan en bienes como nevera, cocina, reverbero, bombonas, tanques de agua, pipotes, ollas, utensilios de cocina, licuadora industrial, sillas y el comedor.
- El viernes 23 de abril, a las 7:00 de la mañana, se registró una explosión en el Barrio Los Eraso. Ocho integrantes de un familia se vieron afectados, la casa se desplomó por efectos del estallido. Una bombona de gas sería la responsable de la explosión. Los fallecidos están identificados como Francisca Aurora Jaspe García (63), Kimberly Rodríguez Jaspe (26) y Elías Cárdenas (4).