Infogeneral

Criptomonedas resisten el ‘crash’ del COVID-19 y ganan relevancia en los mercados

28 de abril de 2020

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Las voces más entusiastas del criptomundo sugieren que esta crisis podría significar un «punto de inflexión» para el bitcoin y todas las criptomonedas que han seguido sus pasos


La crisis económica desatada por la pandemia del nuevo coronavirus no tiene precedentes desde la instauración del sistema financiero moderno, principalmente debido al alcance y la duración de esta enfermedad en el globo, que ha afectado a las industrias y al comercio, y con ello a todos los mercados del mundo.

Conforme el virus empezó a traspasar fronteras, las medidas para combatirlo y la incertidumbre que conllevan hicieron mella en los mercados nacionales y regionales, hasta impactar en la economía de todos los países.

Esta situación llegó a su punto más álgido en marzo, cuando el mercado estadounidense tuvo el ‘crash más importante en su historia. El 9 de marzo, los índices bursátiles cayeron con tanta fuerza que se vieron en la obligación de suspender el comercio durante 15 minutos, pues accionistas empezaron a comerciar activos al dejarse llevar por el pánico de la caída. El retroceso se mantuvo durante varios días.

Comportamientos similares tuvieron las bolsas europeas y asiáticas, lo que propició una hecatombe en los mercados entre el 9 y el 20 de marzo, dos semanas de caídas continuas y repuntes tímidos.

La atención global estaba fijada en los mercados tradicionales, pero un sector financiero también puso atención al comportamiento de las criptomonedas en este período y, aunque inicialmente acompañaron la caída, en su mayoría mostraron una respuesta que hizo entusiasmar a los actores económicos.

Recuperación temprana

De buenas a primeras, el ‘crash’ no tuvo contemplación con las criptomonedas. El bitcoin, que marca las tendencias del mercado de criptoactivos, tuvo una caída del 43,2%, cuando su valor pasó de $9.117 a $5.174 por unidad entre los días 6 y 13 de marzo.

Pocos días antes el bitcoin había alcanzado su mejor rendimiento en el último semestre, al marcar $10.425 el 13 de febrero. Si se toma en cuenta este referencial, la contracción fue de 50% en tan solo un mes, cuando se produjo el colapso de las bolsas.

La caída fue acompañada por los demás criptoactivos. El ethereum, segunda criptomoneda más importante del mercado, se contrajo un 54% al pasar de $272 a $125 en un mes, desde el 13 de febrero hasta el 13 de marzo.

Situación similar ocurrió con dash, la criptomoneda con mayor extensión y usabilidad en Venezuela, que se resintió un 67,4% en un lapso de un mes, al tener un valor de $135 el 13 de febrero y cerrar el 13 de marzo en tan solo $44.

Sin embargo, tras una incertidumbre inicial que se combinó con una serie de operaciones impulsivas, estos activos marcaron una tendencia alcista en las siguientes semanas.

Al comparar el repunte de estas criptomonedas con el de los principales índices bursátiles de Estados Unidos y Europa, se nota un comportamiento positivo para los activos digitales y una mayor resistencia durante la crisis.

Mientras el bitcoin subió un 50,8% desde su punto más bajo el 13 de marzo hasta el 26 de abril, el ethereum se recuperó 71% entre el 16 de marzo y el 26 de abril, y el dash repuntó 95% entre el 13 de marzo y el 26 de abril.

En comparación, el índice Dow Jones estadounidense creció un 28% entre su punto más bajo registrado el 23 de marzo y el cierre de la jornada del 24 de abril, el Euro Stoxx 50 de las compañías más importantes de Europa se apuntó un 17,7% entre el 18 de marzo y el 24 de abril.

El panorama fue aun más complicado para los países europeos en donde hubo más casos de contagios y fallecidos, como España, cuyo Ibex 35 logró recuperarse apenas un 8,2% desde su rendimiento más bajo el 17 de marzo; y en Italia, donde el FTSE MIB milanés rebotó un 13% entre el 12 de marzo y el 24 de abril.

En un análisis más profundo realizado por Bloomberg tomando en cuenta el índice norteamericano Standard & Poor’s 500, el mercado de las criptomonedas se contrajo solo un 5% en lo que va de 2020, mientras que los índices bursátiles han caído un 22% en este período de tiempo.

El análisis resalta las características de bitcoin como criptomoneda y la confianza que ha obtenido a pesar de tener poco más de una década de existencia.

«La transparencia 24/7 del bitcoin y su ausencia de limitaciones, interrupciones o regulaciones de terceros son un logro para un activo creado hace apenas una década», expone la firma.

Punto de inflexión

Con este panorama, las voces más entusiastas del criptomundo sugieren que esta crisis podría significar un «punto de inflexión» para el bitcoin y todas las criptomonedas que han seguido sus pasos.

El bitcoin en sí mismo halló su génesis tras una crisis financiera que puso de cabezas la economía mundial en 2008. Su creación y filosofía se originaron precisamente en aras de evitar que la criptomoneda fuese susceptible a estos eventos, en gran parte debido a su sistema descentralizado, que imposibilita a cualquier gobierno o ente de intervenirla.

Para uno de los propietarios del exchange de criptomonedas Gemini, Cameron Winklevoss, la pandemia beneficiará al bitcoin y a las demás criptomonedas.

«Esta pandemia será un punto de inflexión para el bitcoin y el metaverso», comentó en una publicación de la red social Twitter.

El empresario también argumentó que las criptomonedas ofrecen elementos que les otorgan una mayor resistencia ante este tipo de crisis, a diferencia de otros activos susceptibles a una gran variedad de condiciones, como es el caso del petróleo.

«El precio negativo del petróleo refleja la falta de demanda sumada con la ausencia de capacidad de almacenamiento físico (y un proceso de distribución complicado). Una ventaja más para commodities virtuales como el bitcoin», expuso.

Por si fuera poco, las características de esta crisis económica hacen que los activos digitales saquen aun mayor partida.

La COVID-19 ha obligado a muchos gobiernos a tomar medidas de aislamiento social y prevenir los contagios mediante cualquier vía posible. En este sentido, las operaciones comerciales en físico se han convertido en un peligro, ya sea mediante el uso de tarjetas de débito o los pagos en efectivo, las transacciones presenciales pueden ser motivo de propagación del virus.

Esta situación provocó que se tomaran medidas como poner en cuarentena billetes y monedas durante los días necesarios para que el virus muera. Es decir, al menos 10 días, según informó a inicios de marzo la Reserva Federal de Estados Unidos. Prácticas similares se adoptaron en China, Hungría, Corea del Sur, Alemania y otros países.

En algunos casos, como en China, se llegó incluso a tomar la medida de quemar el dinero en efectivo proveniente de zonas de alto riesgo de contagio, como hospitales, mercados húmedos.

Por esta razón, la Organización Mundial de la Salud (OMS) instó a los gobiernos a promover métodos de pago que anularan la necesidad de contacto físico. Las criptomonedas, por supuesto, surgieron como una opción ideal ya que pueden realizarse transferencias de un extremo del planeta a otro sin necesidad de contacto físico.

De hecho, en Alemania, una investigadora del Deutsche Bank, Marion Laboure, recomendó considerar el traslado a las monedas digitales para evitar la «amenaza del papel moneda».

«Una pandemia única en el siglo exige soluciones únicas en el siglo. Un lugar obvio para empezar es acelerar el inevitable cambio hacia las monedas digitales», cita una publicación del propio Deutsche Bank.

Indistintamente de la decisión que tomen los bancos centrales en relación con el uso de las criptomonedas, las transacciones con este sistema se han incrementado durante las medidas de confinamiento ordenadas por los gobiernos del mundo. Y esta es una realidad evidenciable incluso en Venezuela.

Bitcoin en Venezuela: una alternativa

Debido a la crisis económica que padece Venezuela desde hace ya media década, la confianza y usabilidad del bolívar se han disminuido junto con su valor, a tal punto en el que coexiste con el dólar y otras divisas que registran altos flujos de transacciones en el país.

No obstante, debido a las fuertes restricciones de la política monetaria aplicada durante el gobierno de Nicolás Maduro, durante mucho tiempo fue difícil adquirir dólares, especialmente a causa de los diversos mecanismos de control cambiario instaurados desde el 2003.

A finales de 2017, Maduro decretó el lanzamiento del petro, una supuesta criptodivisa nacional, y ordenó crear un ecosistema financiero en el que pudiesen cohabitar todos los activos digitales necesarios para convertir a Venezuela en una «criptonación».

Aunque el petro, después de tres años de haber sido anunciado, no cumplió con las expectativas del gobierno, un ecosistema apto para el flujo de criptomonedas sí fue implementado en Venezuela.

Con un marco legal y tecnológico adecuado, las criptomonedas ganaron popularidad en territorio nacional, ya que son una herramienta perfecta para manejar divisas en el país de forma legal y evitar el uso de bolívares, que se deprecian con cada día que pasa.

Después de una leve caída en su uso durante 2019, en parte gracias a que aflojaron los controles cambiarios en el país, las criptomonedas ganaron un nuevo repunte en el actual contexto pandémico, en el cual las transacciones comerciales en físico se minimizaron y el flujo de dólares se contrajo.

Así lo reflejan los datos de Coin.Dance, que registran operaciones en bitcoin por un equivalente a 530.000 millones de bolívares, durante la semana que transcurrió entre los días lunes 13 y sábado 18 de abril, en la principal plataforma de intercambios de bitcoin del mundo, LocalBitcoins.

Esta cifra significó un récord de transacciones registradas en esta plataforma en Venezuela, al menos en bolívares, pues los 530.000 millones equivalen a 595 bitcoins, aun lejos de los 2.487 bitcoins movilizados la segunda semana de febrero de 2019, un reflejo de la devaluación de la moneda oficial venezolana.

El flujo de transacciones registrado este mes responde al uso de la criptomoneda como método de pago para responder a las medidas de confinamiento.

Algunas voces incluso piden que esta tendencia se propague, como la Asociación Nacional de Criptomonedas de Venezuela (Asonacrip), que instó a la población venezolana a utilizar criptoactivos como medios de pago. No obstante, durante la pandemia, el gobierno chavista poco ha hablado sobre las criptomonedas, más allá que para seguir promocionando a un petro sin usabilidad ni confianza.

Lo cierto es que la economía venezolana se enfrenta a nuevos retos durante la pandemia. A una brutal contracción del Producto Interno Bruto (PIB), la caída de los precios del petróleo y su escasa producción nacional, entre un sinfín de problemas, se le suma también una nueva intervención gubernamental que amenaza con cercar aun más a la poca empresa privada que ha sobrevivido. Con este oscuro horizonte, ¿podrán las criptomonedas jugar algún rol protagónico en el país? Solo el tiempo lo dirá.

Tal Cual

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