En medio de intermitencias en los servicios de telefonía, internet y electricidad, la calle amaneció hablando fuerte desde tempranas horas del martes, incendiada por una manifestación espontánea que ya en la tarde se vino aplacando.
Aun en las ventanas de las casas permanecían las banderas de Venezuela, y especialmente hacia el este y parte del sur de San Cristóbal, y los caminantes con su indumentaria de gorras tricolor y banderas hombro seguían un camino de retorno mientras los escombros daban cuenta de un alboroto que se había guardado y colapso por espacio de minutos las principales vías de la ciudad.
El único incidente irregular que sacudió en algo la tarde del martes fue un tiroteo entre un grupo de motorizados que se movilizaban por los alrededores del IUT y agentes del Polítachira, lo que puso a correr a vendedores ambulantes y a los transeúntes que normalmente se movilizan por el Terminal de Pasajeros de la Concordia.
Escasos comercios intentaron no perder este día pese al madrugonazo de los espontáneos que respondieron al llamado de Juan Guaidó y Leopoldo López de una calle sin retorno; pero lo que no pudo el miedo a los desórdenes callejeros, lo pudo los apagones que hicieron su usual visita de las diez y media de la mañana.
Igual pasó con el Banco de Venezuela, que al contrario de otras instituciones bancarias, abrió sus puertas, mientras algunos de sus clientes aprovechaban una ciudad semiparalizada para sacar algo de afectivo; pero igualmente terminó sometido al régimen de racionamientos.
En los alrededores de Plaza Tinoco en pleno corazón de la Avenida Carabobo, donde un mueble rosa fue puesto allí a azar, tal vez como barrera, tal vez a la espera de dialogadores, permanecían cercos de basura y troncos. Los obstáculos también se distribuyeron a lo largo de la avenida Ferrero Tamayo. Se conoció de dificultades para el acceso en Barrio Sucre, Las Acacias y a lo largo de la Avenida Rotaria.
En la entrada de Palogardo, los manifestantes estaban concentrados y hacían sentir su protesta, pero ello no representaba mayor represamiento de vehículos, ni de peatones.
Aunque en las espontáneas manifestaciones con su rutinario ritual de objetos en llamas y gente de toda edad y condición tocando cacerolas y agitando banderas de diferentes tallas, no se reportaron lesionados ni detenidos, en la tarde se informaba de un herido de bala en el Barrio El Diamante de Táriba, el cual no fue confirmado.
(Freddy Omar Durán)