(EFE) Luis Abinader, de 53 años de edad, asumió este domingo la Presidencia dominicana con el reto de enfrentar la grave crisis sanitaria y económica que vive el país a causa del coronavirus, así como la corrupción, un flagelo que cada año cuesta al país, en promedio, el 1,1 % del producto interno bruto (PIB).
Abinader, economista de profesión, juró el cargo ante el nuevo titular del Senado, Eduardo Estrella, después de que el mandatario saliente, Danilo Medina, rompiera la tradición y le entregara la banda presidencial en una ceremonia aparte en el Congreso Nacional alegando que lo hacía como medida preventiva por el coronavirus.
Debido a la pandemia, a la ceremonia solo asistieron delegaciones de ocho países, incluyendo al presidente del vecino Haití, Jovenel Moise, y el de Guinea Bissau, Umaro Sissoco Embaló.
Estados Unidos envió al secretario de Estado, Mike Pompeo, lo que supone el nivel de representación más alto de su país en una toma de posesión de un mandatario dominicano desde 1978.
España, por su lado, estuvo representada por la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, quien tenía previsto mantener una reunión bilateral con el nuevo mandatario.
En su primer discurso, Abinader, del Partido Revolucionario Moderno (PRM), se comprometió a aumentar hasta los 66.000 millones de pesos (unos 1.118 millones de dólares) el presupuesto de Salud en los primeros cuatro meses de su Gobierno para atender la situación provocada por el coronavirus, que mantiene el país en estado de emergencia y que ha provocado más de 1.450 muertos en la nación.
A la vez, anunció que se pondrá en marcha un plan nacional de detección, aislamiento, rastreo y tratamiento de contagiados «a una escala sin precedentes» en la historia del país, «con el compromiso de garantizar el acceso a la vacuna contra el virus a toda la población dominicana tan pronto como esté disponible».
La situación ha afectado considerablemente la economía local, la de mayor expansión en la región hasta la llegada de la enfermedad.