El Ministerio Público de Paraguay abre un ciclo con la designación por vez primera de una mujer como fiscal general del Estado, un cargo que Sandra Quiñónez asume tras atravesar un cuestionado proceso de selección y con su predecesor, Javier Díaz Verón, investigado por supuesto enriquecimiento ilícito.
Quiñónez, de 48 años y hasta ahora fiscal de la Unidad Antisecuestros, asumió el viernes tras meses de espera para su designación, aprobada por el Senado la víspera, precisamente el Día Internacional de la Mujer.
Afronta el desafío tras un nombramiento al que se resistieron gran parte de las fuerzas políticas del Senado, desde la oposición hasta la disidencia del gobernante Partido Colorado.
El rechazo no se centró propiamente en su figura, pese a que su nombramiento fue propuesto por el presidente del país, Horacio Cartes, sino en el proceder del Consejo de la Magistratura, que a juicio de la oposición confeccionó una terna final a la medida del mandatario.
Además de Quiñónez, la terna estaba compuesta por la fiscal Victoria Acuña y por Díaz Verón, quien todavía no estaba investigado.
Opositores y gremios de abogados denunciaron que el diseño de esa terna adoleció de transparencia y que ninguno de sus integrantes resultó el más calificado entre el centenar de aspirantes que durante meses se sometieron a pruebas para liderar la Fiscalía.