Un hombre de 27 años y nacionalidad ecuatoriana ha sido detenido esta pasada madrugada, acusado de haber arrojado a las vías del metro en Madrid a otro varón que ha perdido la vida al pasarle por encima un convoy, según ha informado un portavoz de la Jefatura Superior de Policía. La víctima, que iba indocumentada, cayó entre dos vagones justo cuando arrancaba el tren.

Según las primeras investigaciones, se inició una discusión alrededor de la una de la madrugada por causas aún no esclarecidas entre los dos hombres en la estación de Eugenia de Montijo (línea 5, Latina). En un momento dado, el atacante empujó con fuerza a su oponente y este se precipitó al andén. El maquinista, que no vio lo ocurrido, inició la marcha. Las ruedas seccionaron algunas partes vitales de la víctima, que murió en el acto.

Los médicos de una UVI móvil del Samur acudieron al lugar y certificaron el fallecimiento sin manipular el cuerpo, ha informado una portavoz de Emergencias Madrid. Este había quedado destrozado, según algunos testigos.

Al lugar se desplazaron agentes del Grupo de Atención al Ciudadano (GAC) y del Grupo Operativo de Respuesta (GOR), de la comisaría de distrito de Latina, que se entrevistaron con los testigos y con los empleados del metro. Estos les facilitaron una descripción del supuesto homicida, que fue localizado en un pub cercano a la estación de metro. Fue detenido y trasladado a las dependencias de la Brigada Provincial de Policía Judicial, donde se encuentra a la espera de ser interrogado.

Según testigos, ambos hombres habían discutido previamente mientras estaban viajando en el metro. Al bajarse en Eugenia de Montijo, el detenido se encaró a la víctima y le empujó a las vías. El arrestado tiene una detención previa por un delito de lesiones, según fuentes policiales.

El juez de guardia ordenó el levantamiento del cadáver y su traslado al Instituto Anatómico Forense, en la Ciudad Universitaria, donde esta mañana se le ha practicado la autopsia. Los agentes de Policía Científica y de Homicidios esperan identificar al fallecido en las próximas horas, a través de las huellas dactilares y de las denuncias de personas desaparecidas. De hecho, el cuerpo llevaba las manos protegidas con sobres para que no se dañaran posibles restos de ADN de su homicida ni las huellas.