El mundo celebra el mayor consenso para el bienestar de los seres humanos: el Día de los Derechos Humanos.
Las Naciones Unidas estableció este 10 de diciembre como la fecha para conmemorar el pacto internacional y la declaración más arriesgada de la historia reciente.
La ONU puntualizó esta fecha para “conmemorar uno de los compromisos mundiales más revolucionarios: la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH)”.
“Este documento histórico consagra los derechos inalienables que toda persona tiene como ser humano, independientemente de su raza, color, religión, sexo, idioma, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición”, dice una nota de la ONU.
Derechos Humanos para todas y todos
En el mundo, los Derechos Humanos siguen siendo una aspiración colectiva, aunque algunos países se respeten más que en otros.
En las ultimaste décadas, sobre todo después de la segunda guerra mundial, los Estados hacen esfuerzos para proteger a la ciudadanía de cualquier forma de discriminación posible.
Sin embargo, aunque se vivieron décadas de paz sostenida, en los últimos años, la violencia y los gobiernos autoritarios vuelven a amenazar la convivencia global.
En este momento, el reclamo airado de la comunidad internacional es a proteger a la población civil de las guerras y a los ecosistemas para para garantizar el derecho a la vida en el planeta.
Venezuela, un caso aparte
En Venezuela, los Derechos Humanos son tema de estudio e investigación en Naciones Unidas. El Alto Comisionado de la ONU denunció que en el país se cometieron violaciones a los derechos de la ciudadanía.
Expertos independientes de las Naciones Unidas expresaron su preocupación por las “denuncias de graves violaciones de derechos humanos” en el contexto postelectoral, según señalaron en una nota de prensa publicada el 4 de septiembre de 2024.
Los expertos señalaron que antes, durante y después de las elecciones se registró una ola de violaciones, incluyendo detenciones arbitrarias, uso excesivo de la fuerza, homicidios, desapariciones forzadas, hostigamiento y persecución de opositores políticos.
Tras las elecciones, las protestas pacíficas fueron respondidas con más de 1.300 detenciones arbitrarias y al menos 21 muertes presuntamente causadas por agentes no estatales con apoyo de las fuerzas de seguridad.