En el pueblo de Moulay Brahim, en la zona montañosa del Alto Atlas, todos los vecinos están al corriente de la tragedia de Lahcen, quien perdió a su mujer y sus cuatro hijos por el fuerte terremoto en Marruecos.
«Lo he perdido todo», se lamenta Lahcen, invadido por la tristeza y cabizbajo en el dispensario de esta pequeña localidad, situada a más de una hora en coche de la turística Marrakech.
El sábado por la tarde, los rescatistas aún no habían logrado sacar el cuerpo de su mujer y de uno de sus hijos de debajo de los escombros de su casa, que se derrumbó con el sismo. Los cadáveres de otros dos hijos ya fueron extraídos.
«Lo único que quiero es alejarme del mundo y hacer mi duelo», reconoce Lahcen, quien se encontraba fuera de su domicilio cuando se produjo el terremoto.
Según la prensa marroquí, se trata del movimiento sísmico más potente registrado en este país del norte de África.