El pasado domingo, 03 de junio, el volcán de Fuego en Guatemala hizo una potente erupción de que dejó al menos 35 muertos y más de 1.7 millones de afectados.
Hasta el momento se reportan unos 3.000 evacuados y 653 albergados en los departamentos de Escuintla (sur) y Sacatepéquez (oeste), que junto al de Chimaltenango (oeste) son los tres más afectados por la erupción.
«Si esta vez nos salvamos, en otra (erupción) no», aseguró Efraín González, de 52 años, sentado en el suelo de un albergue en la ciudad de Escuintla, al que llegó con su esposa y su hija de un año, tras huir de los estragos que causó el volcán en su casa en la comunidad El Rodeo, la más golpeada por la erupción.
«Nunca había pasado algo como esto», comentó Aura Concobar (38), quien también llegó al albergue desde El Rodeo, junto a diez miembros de su familia.
Luego de al menos 16 horas y media de actividad volcánica se hizo presente el Instituto de Vulcanología quien en sus recomendaciones pide mantener medidas de precaución en zonas afectadas ya que «existe la probabilidad de una reactivación», el volcán mide 3.763 metros de altura y emitió columnas de ceniza de unos 6.000 metros de altura y está situado a 35 km al suroeste de la capital.
Este volcán provocó en septiembre de 2012 la última emergencia por erupción en el país, causando la evacuación de unos 10.000 habitantes asentados en poblados al sur del colos.
Las tareas de búsqueda de fallecidos o desaparecidos se suspendieron durante la noche por falta de luz y los peligros en la zona, por lo que se reanudaron la madrugada de este lunes, se desconoce la cantidad exacta de afectados.
Jennifer Prisco