Moscú, Rusia | AFP | Una fundación para niños con enfermedades incurables de Rusia teme desaparecer por las sanciones occidentales impuestas a Moscú en respuesta a su ofensiva contra Ucrania, que afecta entre otros a su financiamiento.
Desde su creación en 2018, este fondo no gubernamental llamado «Casa Faro» acoge a miles de jóvenes en un hospicio en Moscú, verdadera salvavidas para los pacientes y sus familias.
Pero tras la serie de sanciones impuestas a Rusia desde hace un mes, la organización teme que la escasez de medicamentos y de material empeore una situación ya frágil de por sí.
Sin piezas de recambio, algunos equipos «podrían transformarse en un monto de chatarra», dice a la AFP la directora ejecutiva Elena Prokopieva.
Aunque las sanciones no apuntan directamente a los productos médicos, afectan la cadena logística, el sistema financiero y los precios de importación.