Internacional
Habitantes desesperados buscan huir de Puerto Rico tras destrucción por huracán María
29 de septiembre de 2017
Una multitud se congregó este jueves en el embarcadero de cruceros en San Juan esperando con desesperación abordar al crucero Royal Caribbean Adventure of the Seas, que fue enviado para evacuar a personas que luchan por salir de Puerto Rico tras la destrucción causada por el huracán María.
Más de 2 mil personas hicieron fila en el embarcadero bajo un calor sofocante. “Llevamos horas en esta fila y hace calor“, dijo Taylor McCloskey, quien va a la escuela en Miami, cuyo testimonio fue publicado por el portal web Infobae.
Contó que fue a visitar a su familia al territorio estadounidense después que el huracán Irma generara el cierre de su escuela en Florida por tres semanas y luego se quedó varada en Puerto Rico cuando María llegó la semana pasada.
“Debo regresar, debo regresar a mi vida”, dijo. “No hay agua, no hay electricidad. No veo que nada vaya a llegar pronto. Está mal“.
Se desconoce cuántos de aquellos en el embarcadero lograrían subirse al barco. Funcionarios de Puerto Rico indicaron que sólo 800 de los 1.000 turistas varados en la isla podrían abordar, mientras que los otros pasajeros serían puertorriqueños dejando la isla o amigos y familiares de empleados del Royal Caribbean.
“Estamos parados aquí desde las 8:00 de la mañana“, señaló Cara Rookwood, de Filadelfia.
“Hemos intentado anotarnos en esta supuesta lista que tienen vía correo electrónico. Llamé a mi padre y le pedí enviar por correo la lista, mas no creo que a estas alturas acepten más reservas. Pero recibo mucha información contradictoria“.
Rookwood y su esposo, Davin Safer, estaban en la isla de Vieques cuando azotó la tormenta y no pudieron encontrar la forma de regresar a Puerto Rico continental durante varios días, hasta que finalmente fueron llevados gratis en un avión privado.
Safer dijo que nunca había experimentado algo como lo que vino después del huracán, que dejó a Puerto Rico sin electricidad, cerró comercios, bloqueó caminos y puertos, y dejó a los habitantes de la isla luchando por encontrar agua, alimentos y otros artículos de primera necesidad.