Diez días después de ganar las elecciones presidenciales en Colombia, Iván Duque viajó a Washington. El mandatario electo, que asumirá el cargo el próximo 7 de agosto, eligió la ciudad en la que se formó y trabajó durante una década como consejero del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para comenzar a fijar las prioridades de su agenda internacional. Este jueves se reunirá con un grupo de congresistas en el Capitolio y por la tarde tiene prevista una cita con el secretario de Estado, Mike Pompeo. Las relaciones bilaterales con Estados Unidos son cruciales para el país andino. Lo han sido siempre, al menos a lo largo de su historia reciente, por los vínculos comerciales, la estrategia contra los cultivos de hoja de coca y la producción de cocaína, y la política de extradición.
El pasado lunes Duque recibió una llamada del presidente estadounidense, Donald Trump, quien, según informó el gabinete del dirigente del Centro Democrático, «lo felicitó por su victoria en las elecciones y le expresó su respaldo para trabajar en temas de seguridad, justicia y lucha contra el narcotráfico». «Creo que fue un diálogo amable. Lo agradecemos y seguiremos trabajando para estrechar nuestra relación», aseguró el político colombiano, así lo reseña el periódico El País.
Duque solo cuenta con cuatro años de experiencia directa como representante público -fue senador en la anterior legislatura-. No obstante, su trabajo como funcionario internacional contribuyó a forjar una perspectiva sólida sobre la importancia de fortalecer lazos con algunas de las principales potencias y aliados tradicionales. Después de Estados Unidos, viajará a Europa y visitará España, salvo cambios de última hora.
El programa del presidente electo plantea cambios en la política antidroga, que bajo el mandato de Juan Manuel Santos se ha encuadrado en un proyecto más amplio de construcción de la convivencia en las zonas rurales. El plan del Gobierno saliente combina la sustitución voluntaria de cultivos de coca a cambio de incentivos y la erradicación forzosa. No obstante, después de la protesta de Estados Unidos por el aumento de la producción -que alcanzó un nuevo récord en 2017, superando las 200.000 hectáreas-, Santos anunció que volverá a realizar aspersiones con glifosato, suspendidas desde hace tres años. Duque afirmó en una entrevista con EL PAÍS durante la campaña electoral que, en caso de ganar, cambiaría la estrategia del Estado para que la sustitución de los cultivos deje de ser voluntaria.
Esta visita se produce, además, en medio del pulso que el actual Ejecutivo y uribismo mantienen a costa del sistema de Justicia Especial para la Paz, el tribunal encargado de juzgar los crímenes de la guerra con las FARC. El Senado aprobó, por ejemplo, una modificación que limita las competencias de esta jurisdicción en materia de extradición. El caso más urgente es el de Jesús Santrich, excombatiente y ahora cargo del partido nacido de la antigua guerrilla, reclamado por EE UU por un delito de narcotráfico.